Otra vez… Ya no es novedoso porque nos ha acostumbrado a este tipo de actos. Josep María Bartomeu, actual presidente del FC Barcelona, es el máximo exponente de un fútbol radical y antideportivo. Aunque duela, fútbol y política están relacionados por culpa de varios individuos que se desentienden de los valores del deporte y se asocian a partidos políticos. ¡No puede ser hombre! El fútbol no es eso. Bartomeu no tiene ni idea de un deporte que le da de comer cada día y, por ende, la afición no le quiere ni ver.
Puigdemont declara la independencia y éste le felicita públicamente, además de haber estado inmerso en dicho proyecto. Su imagen pertenece al FC Barcelona, para eso es la cabeza visible del club. ¿Sería raro que Mariano Rajoy fuese un radical más del Real Madrid? Simplemente es aficionado y no mezcla una cosa con la otra. Bartomeu cerró el Camp Nou por temas que, a priori, deben separarse del noble arte de hacer goles. No cuida al aficionado. No respeta el deporte. Se entromete en la vida política sin dedicarse a ello. Ni respeto, ni libertad, ni seriedad. Así es Josep María Bartomeu, un hombre que no entiende de fútbol ni de política.
