La temporada del Real Madrid no ha comenzado de la mejor manera posible. El conjunto blanco está a nada más y nada menos que ocho puntos por debajo del FC Barcelona, y con dos clásicos aún por disputar. La situación no es de extrema alarma, aunque sí es preocupante para la entidad ya que en la Liga se está demostrando que el equipo no tiene gol.
La preocupación irradia ahora en el próximo duelo de Champions League que disputará el Real Madrid. Este miércoles 1 de noviembre el club blanco se volverá a medir al Tottenham Hotspur, en un partido que principalmente busca cambiar las corrientes negativas en las que, a día de hoy, naufraga la nave madridista. Los logros del pasado demuestran que el equipo es capaz de sobreponerse a esta situación, e inclusive «darle la vuelta a la tortilla». Pero el tiempo apremia, y Zidane comienza a estar bajo la atenta mirada de una afición que cuestiona alguna de sus decisiones, como la suplencia de Marco Asensio o el hecho de no firmar a un nueve en verano.
La Champions League siempre ha sido la medicina que ha conseguido despertar al club blanco. En esta ocasión, el efecto debe ser inmediato, ya que Zidane y su equipo no pueden permitirse el lujo de perder puntos en la Champions League, comenzando así el mes de noviembre tal y como han terminado octubre, con una dura y dolorosa derrota…