Se cumplieron los peores presagios para uno de los iconos deportivos más importantes de la historia del fútbol: Italia no estará en el Mundial de Rusia 2018, algo que no paba desde hace 60 años en Suecia’58. La selección encabezada por Buffon, Chiellini y compañía no ha logrado remontar la eliminatoria contra Suecia. El 1-0 cosechado por los suecos en la ida se tornó como una losa insalvable para el combinado de Ventura, no pasando del empate a cero durante el decisivo encuentro de vuelta. Un jarro de agua fría que certifica el fin de una era en la ‘Azzurra’.
El Calcio italiano que cautivo al panorama mundial en los años 80 y 90 se ha ido apagando paulatinamente. La ausencia de la selección italiana en Rusia se torna como la guinda que corona el declive sufrido por el fútbol italiano desde que se inicio el nuevo siglo. Una trayectoria inestable que ha pasado por la caída de gigantes europeos como Milan o Inter, hasta golpear al buque insignia del país de la pizza y el catenaccio.
Lección de catenaccio sueco
El partido supuso una clase magistral del fútbol que siempre ha caracterizado a la ‘Azzurra’. Con la diferencia que esta vez era otro equipo quien impartía catedra defensiva. Una oda a la estrategia, al orden táctico y a la rigurosidad futbolística.
Los hombres de Janne Andersson lograron la gesta y estarán en la gran cita de Rusia. Un hito que parecía inalcanzable ante las circunstancias en las que se veían inmersos, sobretodo a raiz de la ausencia de Zlatan Ibrahimović.
Un arbitraje que no estuvo a la altura
Por si fuera poco, España también tuvo su punto de protagonismo en el partido italiano más importante de los últimos años. Y es que Mateu Lahoz arbitró un encuentro en el que no gozó de demasiada fortuna. Hasta en cuatro penaltis podría haber errado el colegiado español, dos en cada área.
Un acontecimiento histórico que quedará grabado en los libros de historia del fútbol mundial. Aquel en el que lo más doloroso para San Siro no fue la eliminación de su amada selección, si no las lagrimas que el propio Buffon, ídolo nacional, vertió sobre el terreno de juego. Una impotencia que reflejaba el sentir de todo un país.