Bruno Soriano: la mala suerte de coincidir con su generación
Bruno Soriano nació en Artana, un pequeño pueblo del interior de Catellón en 1984. El centrocampista «groguet» empezó a mostrar sus dotes futbolísticas desde pequeño en la cantera del Villareal. Pero, Bruno nunca fue un chaval que pensó en el fútbol como su forma de vida, simplemente como un juego y una forma de diversión «Pues la verdad lo dejé porque no quería vivir en la residencia, quería vivir en mi casa, con mi familia, con mis amigos. No me obsesionaba el fútbol, no pensaba en ser futbolista. Solo pensaba en jugar y pasarlo bien. Por eso me marché a mi pueblo, a trabajar y a jugar a fútbol en regional» declaró el propio jugador. Tiempo después, el club llamó al jugador para ofrecerle la posibilidad de volver al club, oferta que no rechazó, «ya era más mayor, ya estaba en otra situación. Y decidí probar fortuna. Llegó el primer contrato que mejoraba lo que cobraba en la cantera, y me permitía jugar a fútbol y centrarme en ello».
Tras su vuelta al club, Bruno fue quemando etapas a un ritmo vertiginoso. Llegó y, rápidamente, se hizo con un hueco en el equipo filial. Equipo del que terminaría siendo capitán y con el que consiguió el ascenso a 2ªB en la temporada 2006/07. Ese no fue el único éxito del castellonense durante la temporada, ya que Mauricio Pellegrini, entrenador del primer equipo por aquel entonces, decidió contar con él para algunas convocatorias. Terminaría debutando con el primer equipo el1 de octubre de 2006 en un partido ante el Mallorca a domicilio en el que el «submarino amarillo» consiguió la victoria. «Fue un cambio muy importante para mi, entraba al vestuario y veía a jugadores como Riquelme, Forlán, Senna o Pirés pasar por mi lado, me impactaba. Llegaba, me sentaba y me callaba. Me parecía increíble estar allí» de esta manera recuerda sus inicios en el primer equipo.
«El presidente del Villarreal, Fernando Roig, confió en mis capacidades y me dijo que sería el jugador que devolvería al Villarreal a Primera División. Estoy muy contento por la decisión que tomé»
Desde su debut, Bruno demostró su calidad. Aunque su primer gol con el primer equipo tuvo que esperar casi 5 años. Llegó en su partido 129 en 1ª ante el Rayo Vallecano. Buen criterio con el balón para iniciar jugada, rápido al corte y duro en acciones divididas son las principales características del centrocampista. Bruno ha vivido de todo en el club, desde un subcampeonato de Liga en la 2007/08 hasta el descenso de la 2011/12. Momento en el que, pese a tener ofertas de equipos muy importantes, Bruno decidió quedarse con el equipo de su vida para devolverlo a Primera División, decisión de la que no se arrepiente en absoluto. El Villareal volvió a la máxima categoría nacional y Marcos Senna decidió abandonar el club, convirtiendo asi a Bruno en el capitán del conjunto castellonense. Hoy en día, Bruno es el jugador con más partidos en la historia del club con 416 encuentros disputados y afronta su sexta temporada como capitán. Pese a ello, Bruno no se ve por encima de otros jugadores históricos del club como Cazorla, el propio Senna o Riquelme, «No me gusta ser más que nadie, pero creo que estoy cerca de esos jugadores. Aunque esos eran mis referentes, esos jugadores son muy grandes y que se pueda pensar que estoy a ese nivel, me hace feliz.»
Pese a todos los éxitos que ha conseguido a nivel de clubes, su carrera con el combinado nacional no ha sido tan exitosa. Debutó de la mano de Vicente del Bosque en agosto de 2010 ante México. Tan solo acudió a la gran cita de la Eurocopa de 2016 en la que disputó 56 minutos partiendo del banquillo en los encuentros ante Turquía y Croacia. Con 33 años y tras llevar apartado de los terrenos de juego más de 4 meses por una lesión en la tibia que le obligó a pasar por quirófano, la trayectoria con la selección de Bruno no parece que vaya a alargarse más allá de los 10 partidos que ha disputado hasta día de hoy. Su escasa intervención en la selección tiene un motivo sencillo: haber coincidido con la mejor generación de futbolistas en la historia de nuestro país. Abrirse hueco entre Xavi, Xabi Alonso, Iniesta, Busquets, Cesc, Silva o el propio Senna habría supuesto un reto prácicamente imposible para cualquier futbolista. De no haber coincidido con esta generación, Bruno habría sido un hombre vital en los planes de nuestra selección. Bruno acabará, casi con total seguridad, su carrera profesional con menos partidos en la selcción que Riera (16), Pablo Ibáñez (23) o con los mismos que Del Horno.
Un chaval que nunca pensó en vivir del fútbol, que volvió a su pueblo para jugar en Regional con sus amigos, estar cerca de su familia y que trabajó en una cantera ha terminado siendo el jugador con más partidos en la historia del club de su vida. Sin duda, Bruno Soriano es el eterno olvidado de su generación, si, de la mejor generación de la historia de España.