La estabilidad en algunos estadios ingleses, franceses y alemanes de renombre se ha evaporado en los últimos meses. Banquillos como Chelsea, Tottenham, PSG o Bayern de Múnich no tienen una firmeza inamovible. En algunos casos los éxitos deportivos determinarán la continuidad de sus responsables (Emery o Heynckes), pero en otros la posible fuga de sus técnicos (Conte o Pochettino) obligarían a sus clubes a buscar un reemplazo de garantías.
En esta línea toma protagonismo la figura de Luis Enrique. El exentrenador del FC Barcelona se encuentra inmerso en su merecido año sabático después de dirigir al gigante blaugrana, pero la próxima temporada podría regresar a la palestra como ya hiciera Pep Guardiola. Novias no le van a faltar al último técnico que alzó un triplete culé, pero como publica el diario Sport, el propio Luis Enrique siente cierta predilección por ciudades como Londres, París o Múnich. En su mano estará la elección final.