Echando la vista un mes atrás, el Real Oviedo pasaba por un momento bastante delicado. El equipo asturiano sumaba una sola victoria en siete encuentros, y los hombres de Anquela se disponían a jugar en Alcorcón con Toché, auténtico referente del equipo, entre algodones. Cumplida la media hora de partido, el delantero murciano echó mano a su rodilla y pidió el cambio. No podía más.
A la semana siguiente, tras la derrota en Santo Domingo, el club anunciaba que Toché debía pasar por el quirófano debido a su lesión en el menisco interno de la rodilla. La preocupación dentro del oviedismo era máxima. Adiós a la principal baza ofensiva del equipo durante mes y medio. Tras conocerse la noticia, Anquela no dudó un instante y depositó su confianza en Miguel Linares. Un acierto absoluto del jienense, ya que el delantero aragonés, en cuatro partidos, suma tres goles.
Desde su llegada al Oviedo hace cuatro años, Linares siempre ha sido uno de los referentes del equipo y la afición. Aterrizó en Segunda ‘B’, y pronto se ganó al oviedismo a base de goles. El delantero oviedista sumó una treintena de goles, a los que hay que añadir el ascenso y otros dos tantos en la eliminatoria por el campeonato de la categoría de bronce. Un año de ensueño, que tendría su premio con la continuidad en el club en Segunda División.
Tras el ascenso, el equipo, como es lógico, se reforzó. A Linares le llegó mucha competencia para el puesto de ‘9’, pero nunca falló a su cita con el gol. Anotó seis en la primera temporada del equipo en el fútbol profesional, e hizo ocho la pasada campaña a las órdenes de Fernando Hierro. Y este año, con Anquela, el aragonés está siendo una de las principales cartas del técnico.
Los números de Linares esta temporada
Hasta la fecha, Linares ha saltado al césped de inicio en seis encuentros. En el debut del equipo ante el Rayo Vallecano, el delantero azul fue de la partida, al igual que frente al Reus. Tras estos encuentros, el aragonés siempre ha tenido minutos, excepto en los partidos frente al Zaragoza y el Córdoba, donde no jugó. El gol se le resistía, pero su entrega, ganas y espíritu hacían que Anquela siguiera confiando en él.
Su gran oportunidad llegó en la jornada 13, la primera sin Toché. Linares fue titular, y vio portería. También estuvo entre los once elegidos para el duelo ante el Nástic, donde no marcó, pero dejó muy buen sabor de boca. En los dos últimos encuentros, Valladolid y Numancia, el aragonés también fue de la partida, y en ambos vio puerta. Es decir, tres goles en los últimos cuatro partidos. Por ello, en el Tartiere, ya se piensa aquello del ‘Linarismo’, al igual que en su primera temporada en el club.