«Madre mía, que cara de guarra y de montárselo bien», «Yo le cogía de la coleta y la ponía a 4″ ,» Yo le metería el banderín hasta que se le saliera por la boca». Son algunos de las terribles vejaciones sexistas que la árbitra malagueña Eva Alcaide tuvo que soportar en el campo del Alhaurín de la Torre, en un partido de juveniles entre el Alhaurin de la Torre y Fuengirola-Los Boliches, aunque esto último importa más bien poco. Hoy el deporte está en un segundo plano.
El fútbol es un deporte de bella factura, que nos hace disfrutar y pasarlo mal a partes iguales. Y quien diga que son 20 personas detrás de un balón ignora la esencia del mismo. Así de claro. Es como decir que en el patinaje artístico sólo se patina; o que en baile sólo se siguen pasos. Pero es un deporte que deberían poder disfrutar TODAS y TODOS. En el maldito Siglo XXI y todavía tenemos que lamentar que sucedan cosas así. Me cabrea (y mucho) el machismo que hay en esta sociedad por la basura de educación que nos inculcan desde que tenemos uso de razón. Esto se extrapola a muchos sectores: El fútbol es uno de ellos. Y hay mucho, muchísimo.
Desgraciadamente, la industria y el marketing mandan por encima del deporte. Está tan normalizada la idea de que el fútbol es «un deporte de hombres» que hasta yo, que me considero feminista (recordemos que el feminismo persigue la igualdad de derechos entre hombres y mujeres), me extraño cuando una mujer me demuestra saber y conocer sobre este mundillo tan apasionante. Es así, por desgracia. Tendríamos que remontarnos a finales del Siglo XIX, cuando se inventó el fútbol, y reflexionar. ¿Por qué a lo largo de los años el fútbol se ha destapado como un deporte masculino y no como un deporte, en general?
Entre 13 y 17 años. Los chicos que soltaban esas «perlitas» rondaban esa edad. Por favor… Sé que muchos de los que me estaréis leyendo sois padres, tíos o tenéis primos que rondan esas edades. ¿Qué pensaríais si estos chicos fueran vuestros primos, hijos o sobrinos? A mí se me caería la cara de vergüenza. O mucho peor… que Eva fuera vuestra hija, prima o sobrina. Solo reflexionen por un momento. Hay cosas que se deben cambiar en el mundo del fútbol y, aunque las empresas de marketing o incluso los medios de comunicación se equivocan en el sesgo y en la poca visibilización de las minorías de género en el fútbol, el problema reside en estos lugares: campos de barro, destrozados por una tormenta, que en ocasiones se asemejan a mares.
Puedo entender (muy a mi pesar) que el fútbol es un deporte muy pasional , donde cientos de personas vacían sus desdichas como una especie de tubo de escape, donde sueltas toda la mierda. Pero, ¿comentarios machistas y vejatorios? Eso sí que no. Reniego a quedarme de brazos cruzados viendo como las entrañas del fútbol están podridas por dentro. Mis compañeros de hobby y yo (y espero que de futura profesión) debemos aportar nuestro granito de arena y hacer lo que mejor sabemos hacer: visibilizar y comunicar. Ahora os toca a vosotros, padres del mundo, lo más difícil: educar.
«Reducir a la condición de cosa a una persona«. Así recoge la RAE la acepción de cosificar, que tan presente está en la actualidad a la hora de hablar de la desigualdad de género. La cosificación de la mujer y el patriarcado que existen en la sociedad (por que sí, lo hay) se refleja en su totalidad en los campos de fútbol de equipos de categorías inferiores. Imagínense tener que ir a trabajar sabiendo que les van a insultar y cosificar.
Los colectivos feministas están haciendo una gran labor social y luchando por lo que consideran (y es) una injusticia, y poco a poco están rompiendo los muros y metiéndose en el mundo de los hombres para decir: «Eh, que aquí también estamos nosotras». Que ésta labor no quede impune. Y que Eva, un ejemplo para todas las mujeres que pasan y han pasado por eso (que seguro que son muchísimas),puedan ir a un campo de fútbol, y disfrutar y sonreír por este deporte.
Lidia Valentín ganó el pasado lunes el Mundial de Halterofilia. Apuesto a que muchos no lo sabían. Y otros ni saben quién es Lidia Valentín. La mujer a la que le dedicaron 30 segundos en el programa de Deportes Cuatro del martes 5 de diciembre, tras ganar el Mundial en EE.UU. Sí, esa. Otro ejemplo más de la poca visibilización que se le da a la mujer en el deporte y que, gracias a la red social Twitter y a Eva Alcaide, parece estar cambiando a paso de tortuga, pero cambiando. Poco importa si la liebre se adelanta mucho en la carrera; si la tortuga llega a la meta, habremos puesto la primera piedra. Habremos ganado.
@daniluque16