Dos remontadas, dos oportunidades de oro desperdiciadas
El Villarreal ve como, tras ser derrotado por el Sevilla y el Leganés en las dos últimas jornadas de Liga, el sueño de entrar en la pelea por ocupar uno de los puestos que dan entrada a la Champions League se aleja cada vez más.
Cuando se escapan seis puntos en las últimas dos jornadas de liga que te podrían haber catapultado hasta una quinta plaza y entrar dentro de la lucha por estar en puestos de Champions, se crea una frustración razonable. Primero fue en el Estadio de la Cerámica ante el Sevilla y luego ante el Leganés en Butarque. En ambos casos el Villarreal se fue de vacío a pesar de haber hecho lo más complicado en un partido: adelantarse en el marcador. Ya sea por la relajación, el cansancio o la falta de efectivos lo cierto es que el submarino amarillo tiene ahora en adelante un mes de diciembre muy cuesta arriba – el domingo contra el Barcelona para luego terminar visitando al Celta en Balaidos y al Valencia en Mestalla – y ahora mismo se encuentra más cerca del séptimo clasificado, el propio Legánes el cual esta a un punto del Villarreal, que del quinto puesto, ocupado por el Sevilla con 28 puntos empatado con todo un Real Madrid sumido en una «crisis liguera».
Varias han podido ser las razones de estos dos fallos en el camino exitoso que estaba llevando el conjunto dirigido por Calleja. En Grada3 analizamos las que creemos que son las principales:
Las lesiones y el cansancio merman al equipo
Es una realidad que el equipo pega un bajón en las segundas partes o cuando se pone por delante en el marcador. Una relajación que puede estar marcada tanto por la plaga de lesiones que sufre el equipo como por el cansancio debido a la falta de recambios. En el último fin de semana, en el partido contra el Leganés, el Villarreal tuvo hasta 9 bajas en la que se encontraban jugadores como Bruno Soriano, Samu Castillejo – posiblemente llegará recuperado para jugar contra el Barcelona – o Nicola Sansone por lesión y otros como Victor Ruiz y Jaume Costa por sanción.
Todo este cúmulo de bajas provoca que el submarino amarillo no tenga apenas opciones de revolucionar el encuentro en caso de ser necesario o de dar descanso a jugadores que llevan jugándolo prácticamente todo a pleno rendimiento en estos tres últimos meses. Este es el caso de, sobretodo, los jugadores del medio del campo (Rodri, Trigueros y Fornals) los cuales por una razón u otra han tenido que estar presentes en la mayoría de partidos. Hasta 5 canteranos viajaron con el primer equipo a en el último encuentro liguero. Pero estos todavía no tienen ni la experiencia ni el mismo impacto, exceptuando el caso de Raba el cual se ha empezado a hacer un hueco en el primer equipo gracias a sus buenas actuaciones, que los jugadores del primer equipo que se encuentran lesionados.
Falta de profundidad en ataque
Con el nuevo planteamiento de Calleja, basando el juego del equipo en el toque por la zona interior centrando más a los centrocampistas y poniendo un mediapunta sobre el campo en una especie de rombo para conectar más fácilmente con los dos delanteros, el papel de los laterales en el juego ofensivo cobra una especial importancia. Ambos carriles se ven desocupados por los centrocampistas para que, tanto los laterales como los delanteros, puedan hacer desmarques hacia esa zona del campo. El problema viene en el momento en el que los laterales del Villarreal no pasan por su mejor momento.
Según datos de Fútbol Avanzado – publicados tanto en su cuenta de twitter como en su nueva página web – el Villarreal es el sexto equipo de la Liga con peor porcentaje de centros rematados de la Liga a pesar de realizar de media 14,2 centros por partido. Pero, aparte de los centros al área, el submarino amarillo acusa el no tener laterales con una gran capacidad de llegada a zona de tres cuartos, ya sea con buen regate o último pase, como pueden ser los ejemplos de Odriozola en la Real Sociedad o de Pablo Maffeo en el Girona. El bajo rendimiento de Mario Gaspar ante la falta de competitividad en su puesto, Rukavina tiene más que asumido el rol de suplente, y de Adrián Marín cuando tiene que sustituir a Jaume Costa hacen que los laterales groguets no consigan darle esa alternativa con éxito al juego del Villarreal.
La defensa no esta en su mejor momento
Y así como comentábamos el bajo estado de forma de los laterales en la faceta ofensiva, no llega a ser menos si hablamos también de la faceta defensiva. Atrás ha quedado esa fortaleza en defensa que tanto ha caracterizado al Villarreal en los últimos años principalmente durante la época de Marcelino García Toral en el banquillo groguet. El conjunto de la Plana Baja acusa los últimos fichajes fallidos para reforzar la defensa como el extraño caso de Alfred N´Diaye, centrocampista defensivo el cual no pudo nunca acoplarse a la posición de central, por ocho millones o el de Rúben Semedo por 15 millones al cual todavía no le hemos podido ver jugar apenas con la elástica amarilla. Más aún si lo comparamos con el rendimiento que llegaron a dar Eric Bailly o Gabriel Paulista en temporadas anteriores.
El juego alegre que busca Calleja en el Villarreal provoca que los centrales sufran más que nunca. Victor Ruiz, Bonera y Álvaro Gonzalez no son futbolistas que destaquen especialmente por su rapidez. Ahora que el submarino amarillo se vuelca más al ataque y no se resguarda tanto como antaño, los espacios son mucho mayores y los centrales sufren más en los contragolpes llegando a mostrar todas sus carencias sobre el campo. La mejor muestra llegó en el penalti que supuso la expulsión a Victor Ruiz en el partido contra el Sevilla en el Estadio de la Cerámica. La ausencia de ese central veloz provoca que las carencias de la defensa no se vean compensadas.
Los nervios de Mariano Barbosa
Siendo el tercer portero del Villarreal, es de admirar lo bien que llegó a suplir la baja de Sergio Asenjo y de Andrés Fernández durante la primera parte de la temporada. Partidos como el que realizó en el Wanda Metropolitano le dieron el merecido premio de una renovación hasta 2020. Pero, desde que Sergio Asenjo se recuperó de su lesión y ocupa un puesto en el banquillo en Liga mientras que va retomando sensaciones en partidos de Copa y Europa League, el guardameta argentino ha cometido dos errores claves tanto en el partido contra el Sevilla como contra el Leganés. En el primero no fue capaz de parar un fuerte disparo del Mudo Vazquez y contra el Leganés fue un centro raso de Diego Rico que no encontró rematador el que acabó dentro de la portería defendida por Barbosa. Dos ocasiones que provocaron que el partido cambiará por completo, sobretodo en el partido en Butarque ya que ese gol supuso el empate de los pepineros. Dos ocasiones que pueden suponer un adelanto a la vuelta de la titularidad en Liga de Asenjo.