El Alavés de Abelardo sigue de dulce
Tila en forma de tres puntos para lo jugadores del Glorioso, que jugaron a lo que saben
Salió mandón el Alavés, presionando muy alto a Las Palmas unas veces, y esperando en medio campo, donde presionaba en bloque, otras. Los primeros minutos el equipo canario intentó bajar la pelota y tocar, pero debido a la gran presión a la que se vió sometido, no pudo tocar más allá de su defensa con comodidad y en ocasiones ni eso. Poco a poco se hizo con el control del partido el equipo local, con robos en zona alta del campo, tocando con coherencia en la zona de creación y buscando superioridades por bandas, donde los canarios sufrían bastante.
Un robo en medio campo, y un servicio a Pedraza, muy incisivo durante todo el partido, quien conectó un gran disparo raso ante el que Raul Lizoain solo puede despejar la pelota que cae a pies de Ibai Gomez quien, entrando con la jugada, no tiene oposición para ponerla en la red. Cuarto gol del de Santutxu en partido y medio.
Se pidió penalty en area alavesista en un despeje que intentó Duarte, y en el que Tannane intentando interponerse entre el defensor y la pelota, recibió un golpe por parte del defensa en el gemelo, que el arbitro juzgó como un choque del juego.
Intentó tener el balón el equipo canario al final del periodo, dejando muestras de la calidad y velocidad de sus jugadores de arriba, pero solo inquietaron en una falta, algo lejana que , tapado, Pacheco solo pudo quitarsela de encima, dejando un peligroso rechace que terminó despejando la defensa.
Salieron los amarillos, de gris en el día de hoy, intentando dar la vuelta a las sensaciones de la primera parte e intentando bajar y tocar el balón, con algo más de acierto en este sentido, pero los albiazules se defendían con orden y no pasaban apuros. Poco a poco conseguían los babazorros calmar el asunto y con otra recuperación en medio campo y su posterior envió a Pedraza quien busca linea de fondo y asiste a Munir quien la toca lo justo para colocarla entre Lizoain y el palo.
Tuvo otras tres oprotunidades más el equipo local que no cuajaron. Una de Maripán a la salida de una falta lateral; el cabezazo del chileno lo salva el cancerbero visitante con la cara. La segunda, tras un corner, un remate al palo de Alexis y la tercera un disparo de Munir al lateral de la red cuando había recortado al portero.
Parece que los nervios abandonan Vitoria. La llegada del Pitu Abelardo al banquillo ha traido tranquilidad entre los jugadores y sobre todo en el juego de los alavesistas. Los canarios, por el contrario, juegan atenazados por los nervios, porque a estos jugadores no se le ha olvidado jugar a futbol, como han dejado atisbar en algún momento. El entrenador que venga a las islas a llevar a este equipo, tiene un trabajo mental que hacer con estos jugadores, que Abelardo ha realizado en un tiempo record.
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