La División Central discurre sin sobresaltos para los Cleveland Cavaliers que, repuestos de su mal inicio de campaña, lideran con mano firme una división con jóvenes aspirantes y alguna sonada decepción.
Un rey indiscutible
Al inicio de campaña, una importante duda rodeaba a los subcampeones de la NBA. ¿Serían capaces de sobreponerse a la ausencia del principal escudero de LeBron James y mejorar lo suficiente el equipo como para ser aspirantes de nuevo al título? ¿Iban a resultar Dwayne Wade y Derrick Rose refuerzos de garantías? Y el principio del curso comenzó con inequívocas señales de que el funcionamiento de los Cavs iba a tardar en estar a la altura de las expectativas, haciendo zozobrar las posibilidades de continuidad de su máxima estrella en la franquicia de Ohio.
No obstante, entre el final de noviembre y el inicio de diciembre, King James sacó a relucir su orgullo y su tremenda calidad individual para liderar la remontada de los suyos. Poco a poco, llegaban las victorias, caían los rivales uno detrás de otro y la racha triunfante no ha parado de aumentar, sobreponiéndose a la enésima lesión de Rose y llegando a las 14 victorias consecutivas esta misma semana. La División Central no busca nuevo monarca y el choque entre Celtics y Cavs parece escrito en el destino de los Playoffs de la Conferencia Este, si nada cambia. Y así parece discurrir, a pesar de la derrota del viernes en Indianápolis, de la que los de Ohio se repusieron con un nuevo triple doble de LeBron para sellar su recuperación ante los Sixers.
Una promesa hecha realidad
Si hay un equipo sobre el que se posen las esperanzadas miradas de la NBA, es sin duda Milwaukee Bucks. La imparable evolución de Antetokoumpo en Brew City sólo es comparable con la inolvidable contribución de Karim Abdul Jabbar a los éxitos de la franquicia de Wisconsin. No obstante, la relación de la gran estrella griega con Jason Kidd no parece pasar por su mejor momento y, pese a la meritoria victoria ante Detroit, se sigue esperando algo más de los talentosos Bucks. Los 40 puntos del alero griego en la derrota en Boston no tuvieron la recompensa del triunfo, no obstante, las posteriores exhibiciones ante Pistons, Mavs y Jazz si consiguieron llevar a los suyos a cosechar tres victorias consecutivas. Un equipo que podría volverse aún más competitivo con algún fichaje (más que prevesible) que refuerce su juego interior.
Motor City carbura de nuevo
Rugen los motores en el Little Caesars Arena, ignorando las penurias de Detroit y eludiendo los pronósticos menos optimistas, los chicos de Stan Van Gundy han vuelto a poner en marcha a los Pistons y son una de las más agradables sorpresas de esta temporada. Con la llegada de Avery Bradley y el despertar de Andre Drummond, los de Michigan han comenzado la temporada de manera imperial, si bien han perdido solidez esta semana. Sus derrotas ante Spurs, Bucks, Warriors y Celtics les han hecho perder fuelle y unas cuantas posiciones en la tabla. Y aunque suponen derrotas razonables, acumular seis varapalos seguidos y el notable descenso en su nivel de juego, han hecho decaer el ánimo en la recién estrenada cancha de la Motown.
Indiana en pie de guerra
Los Pacers comenzaban la temporada con la resaca del abandono de Paul George, la renuncia de Larry Bird y una plantilla repleta de jóvenes jugadores y veteranos que nunca llegaron a explotar sus virtudes. Su técnico, Nate McMillan, siempre ha destacado por dotar a sus equipos de una gran actitud defensiva, tanto táctica como anímicamente. En esta ocasión se ha encontrado con unos jugadores deseosos de ponerse en sus manos para demostrar que son mejores de lo que se espera de ellos y están funcionando a las mil maravillas. La fuerza de Thaddeus Young está acompañando a Myles Turner a la perfección, Collison y Bogdanovic están resultando letales en el perímetro mientras el coraje de Domantas Sabonis y la energía de Corey Joseph suponen un aportación extra desde el banquillo. Pero si hay un nombre propio, ese es el de Victor Oladipo, que está asumiendo el papel de estrella despechada con Sam Presti que ya vimos con James Harden y que, por el momento, está demostrando una valía muy superior a la vista en Oklahoma.
Esta semana los de Ring City comenzaron con una gran victoria ente los Knicks y un agónico triunfo ante los Bulls, decidido con un triple sobre la bocina de Oladipo, cerrando la semana con otra gran victoria ante los Cavs y el mejor encuentro de la corta carrera del escolta de Maryland (47 puntos), para culminar una meritoria remontada, con prórroga incluida, ante los Nuggets. Y con esta trayectoria, los Pacers no dan señales de cansancio y siguen plantando batalla en su lucha por colarse sin invitación en la fiesta de los Playoffs.
Cualquier tiempo pasado fue mejor
En La ciudad del viento, tras la resaca del inverosímil triunfo de los Cubs, estos parecen haber traspasado el gafe a sus vecinos del United Center. Los Bulls ya afrontaban la temporada diciendo adiós a Jimmy Butler y seguros de construir un equipo desde la paciencia. Pero tampoco eso resulta sencillo en Chicago, a pesar del gran inicio del rookie Lauri Markkanen, y ha visto como su vestuario ha tenido que afrontar la agresión de Bobby Portis a Nikola Mirotic y la posterior petición de traspaso (suyo o de Portis) del montenegrino. Su situación y su record invitan al tanqueo. Mientras tanto, la semana comenzó con pocas alegrías, tras la clara derrota en Cleveland y la ocasión perdida ante Pacers en el último suspiro, pero terminó con la vuelta a la cancha de Nikola Mirotic y dos victorias, en Charlotte y ante los Knicks.
Así están las cosas en una División Central con pocas sorpresas en el liderato pero algunos brotes verdes en equipos de los que se esperaba menos protagonismo pero que, a través del trabajo y la lucha, están sabiendo hacerse un hueco en la Conferencia Este.