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El derbi vasco, un estreno decepcionante

Ziganda, dudando entre palomitas o pipas. Imagen vía Athletic Club

Tras un derbi propio de serie B, parco en fútbol y repleto de miedo y conformismo por ambas partes, es hora de repartir las menciones honoríficas de los protagonistas del partido por parte de un Athletic que sigue sin vencer ni convencer. Lo que pudo ser un estreno como punto de inflexión volvió a ser un fracaso. Vamos con un 1×1 con tono cinéfilo:

Herrerín: (7) «El guardaespaldas»; Le avisan a última hora que ha de jugarse el físico por proteger a los suyos y responde sin reproches mientras la diva se resguarda de los acosadores. Dichos acosadores fueron más mansos de lo esperado.

Lekue: (5) «Tenacious D, dando la nota»; Llámenlo Oyarzábal, llámenlo Januzaj, llámenlo escoba. A día de hoy, ni genera peligro en ataque ni seguridad en defensa. La nota más discordante de la línea defensiva y necesita mejorar con inmediatez.

Laporte (6) «Star Trek»; Podrán venir nuevos nombres, sagas o el estreno de la temporada, pero él siempre está ahí, aunque en ocasiones sólo lo valoren los trikkies. Cumplió sin alardes, ni falta que hizo.

Unai Núñez (7) «Men in black»; Da igual el tamaño, fuerza, agilidad o capacidades de su oponente, siempre lo anula. Ayer le padeció William José, uniéndose a una lista selecta. Rápido al corte y sólido en el marcaje, sigue creciendo paulatinamente.

Balenziaga (5) «Star Wars: La amenaza fantasma»; Víctima del legado que otros construyeron en su posición y de su propia historia, hasta que se lesionó repitió su «partido standard»: Serio atrás e inexistente delante. Ha tenido días mejores y, desde luego, días mucho peores.

Mikel Rico (7) «La jungla de cristal»; No es elegante ni armonioso, pero es quien quieres siempre a tu lado en la batalla. Cubrió el centro del campo con su compromiso y esfuerzo habitual. Nuestro John McLane particular.

San José (4) «Mi nombre es ninguno»; Ni crea ni recupera. Empieza a ser demasiado recurrente la versión gris y sin alma de un jugador que puede dar más sobre el césped. Insostenible un centro del campo con un jugador y medio como en la actualidad, pero es lo que parece que hay. Mejor no pronunciar su nombre en estos tiempos.

Susaeta (7) «Los Goonies»; Rejuvenecido y lanzado a la aventura, Susaeta es quien se niega a vivir en un equipo aburrido e intenta, aunque en ocasiones sea de forma infantil, recuperar la ilusión y las ganas de probar cosas nuevas sobre el césped, pero no consigue contagiar a un equipo que se ha acomodado en la mediocridad.

Raúl García (6) «De profesión, duro»; No hay envite que le asuste ni choque ante el que de un paso atrás. Su veteranía en partidos de este tipo no fue suficiente para condicionar el partido a favor de los suyos. Siempre cumple.

De Marcos (5) «Una jaula de grillos»; Tras su retorno a la mediapunta de la semana pasada, con gran influencia en el partido, en el derbi quiso hacer de todo sin acabar de rematar nada de lo que empezó. Su voluntad y lucha compensaron un partido rácano en cuanto a su importancia en el mismo, mas sabemos que tendrá días mejores.

Aduriz (7) «León, el profesional»; El escaso peligro que generó el Athletic surgió de sus botas. Bajó balones, se zafó con los centrales realistas y se ofreció en todas las ocasiones que pudo, pero un asesino profesional sin munición difícilmente puede ser igual de efectivo.

Saborit (5) «Última llamada»; Tras la lesión de Balenziaga, le llegó la alternativa y cumplió lo justo para no ser responsable de un desastre mayor en el estreno de serie Z que fue el partido. Sobrevivió a una llamada que, dadas las circunstancias, era un arma de doble filo.

Córdoba (5) «El corredor del laberinto»; Al bueno de Íñigo lo soltaron en mitad de un laberinto sin salida para intentar encontrarla por las bandas, por lo que fue una misión imposible sin los ingredientes necesarios. Testimonial.

Williams (5) «Los blancos no la saben meter»; El míster recurrió a él como suele ser su costumbre en los últimos partidos: Tarde y mal. Tampoco la metió.

Ziganda (3) «Man on the Moon»; Sus decisiones e influencia en el partido fueron nulas. Al igual que Andy Kauffman, el «humor» de Ziganda no es apto para todos los públicos. Repetitivo, sin inventiva, mediocre y hasta soez en ocasiones, o reinventa el número cómico o la tragedia se cebará con él. Necesita un nuevo estreno con éxito si no quiere desaparecer de las carteleras.

Por @GomilaLopez

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