Los Diablos rojos de Mourinho arribaban a The Hawthorns obligados a ganar.
Separados por 14 puntos en relación al puntero, los dirigidos por Mourinho contaban con poco margen de error. El West Bromwich más urgido por su penúltima ubicación y con serios riesgos de descenso, asumían un partido al todo o nada.
Los primeros veinte minutos fueron de estudio y análisis al rival. Con un trámite truncado y lento, ambos equipos llegaron poco al área contraria. Al ′27, un centro de Rashford encontró en perfecta ubicación a Lukaku para decretar la apertura del tanteador y la locura para la afición visitante. No obstante, minutos después Rondón llevaba peligro tras centro rasante de Nyom.
Sin embargo, al ′35 una jugada fortuita permitió a Lingard anotar el segundo gol tras desvío en Hegacy. Este tanto derrumbó cualquier posibilidad de reacción por parte de los locales, llegando con desventaja de dos goles al descanso.
Segunda etapa
Para la segunda mitad el Manchester United apostó a administrar la posesión del balón y quemar el tiempo para llevarse los tres puntos. Por su parte los locales intentaban de manera tenue llegar al descuento sin lograr descifrar el cerrojo de Mou. No obstante, al ′77 un córner ejecutado por Brunt encontró a Barry quien definió dentro del área para el descuento.
A partir del gol, el West Bromwich se lanzó con todo para buscar el empate, provocando jugadas de peligro en jugadas de balón parado. El United sacó su estirpe y experiencia soportando la presión y manteniendo la diferencia hasta el final del encuentro. Con este resultado el equipo de Mou mantiene la segunda plaza tras su rival de patio (Manchester City), recortando a 11 la distancia. El sistema de Mou se impuso, sacando el resultado requerido y mostrando solidez defensiva.