Al igual que en las grandes batallas, el Oviedo tuvo que superar varias adversidades para acabar logrando un triunfo que sabe a gloria. Los carbayones salieron muy concienciados, sabiendo que debían ir todos a una. Y, al igual que en este tipo de combates, algo se torció. El equipo de Anquela debía afrontar casi 80 minutos con un hombre menos. Tocaba apretar más que nunca, doblegar esfuerzos y llamar a la suerte. Finalmente, este pequeño cóctel de tres elementos funcionó a la perfección para que los asturianos volviesen a jugar el playoff. Ahora, el equipo azul ya piensa en los últimos noventa minutos del año y en ganar a la Cultural en el Tartiere.
- Orgullo, valor, garra y algo más. Los futbolistas del Real Oviedo supieron jugar a la perfección contra todos los elementos. Se armaron de orgullo, valor y garra para llevarse tres puntos importantísimos jugando con un hombre menos. Todos corrieron el doble de lo habitual, se llevaron cada balón dividido y todas las segundas y pusieron encima de la mesa un par de eso para conseguir el triunfo para alegría de todo el oviedismo. Un cambio radical respecto a otros partidos. Un momento de forma sensacional que los jugadores aprovechan en cada encuentro. Y un culpable de todo ello, Juan Antonio Anquela.
- La expulsión. Quizás la parte negativa del triunfo fue Yeboah. El futbolista ghanés volvía a ser de la partida del técnico jienense. Su progresión en los últimos encuentros estaba siendo sensacional, pero un codazo a destiempo frenó en seco su gran momento. El cabreo de Anquela era descomunal. Su equipo se quedaba con uno menos antes del minuto 20 de partido. Finalmente, este aspecto no impidió sumar un triunfo, pero es posible que a Yeboah le pese demasiado de cara a los próximos partidos.
Dos nombres y un nuevo triunfo a domicilio
- Alfonso Herrero. Adiós al debate de la portería. El toledano se vistió de héroe en la mañana de ayer. Transmitió mucha seguridad en todos los balones aéreos, y realizó dos paradas sensacionales en el tramo inicial de la segunda mitad. Pero su gran momento llegaba a doce minutos del final. Penalti a favor de los locales. Todo el Oviedo confiaba en su portero, y esta confianza se tradujo en un paradón. Alfonso detuvo la pena máxima y volvió a dejar su portería a cero. Tercera vez que lo hace en sus cuatro partidos como titular.
- Nueva victoria a domicilio. Como venimos contando desde hace muchos meses, el gran aspecto a mejorar en el Oviedo eran las victorias a domicilio. Parece que este problema se ha eliminado. Suma tres triunfos en sus últimas cuatro salidas. Además, en las dos últimas no encajó. Parece que Anquela ha dado con la tecla. Con un encuentro aún por disputarse a domicilio (frente al Huesca en enero), los azules han sumado ya 12 puntos fuera de casa.
- Rocha. El mediocentro fue el gran protagonista, junto a Alfonso, en la victoria de ayer. En cuanto al juego, continúa mostrando su mejor versión cada vez que pisa el verde. Juega y hace jugar, roba balones, se muestra imperial en el juego aéreo y da mucho equilibrio al equipo. Además, a todo esto, hay que sumar el golazo que se inventó en el Viejo Nervión. Venía de fallar un penalti frente a Osasuna, pero ayer, en otro balón parado, dio la victoria a los azules. Fue en una falta, perpendicular a la portería y que el centrocampista colocó en la escuadra haciendo inútil cualquier estirada del meta local. Un golazo que da tres puntos para meterse en el playoff.
Por @javimorcin