Un final de año de pesadilla
El año 2017 del Caudal Deportivo nos dejó una permanencia, más sufrida de lo merecido en su primera mitad del año con una segunda parte de auténtica pesadilla y que obligan al club a realizar una auténtica gesta en 2018 para mantener la categoría.
El año 2017 para el Caudal Deportivo puede definirse como un año de contrastes. De contrastes entre dos partes del año bien diferenciadas. Una primera, los primeros cinco o seis meses en los que el conjunto mierense logró la permanencia en 2ªB por un año más. Pero que choca de pleno con una segunda mitad de auténtico terror que deja al club hundido en la tabla, lejos de la salvación y obligándolo a realizar una proeza en 2018 para mantener la categoría.
El conjunto de Mieres inició el año que está a punto de consumirse fuera del descenso. Encuadrado en el grupo I de la división de bronce, arrancaba el año en el puesto decimotercero de la clasificación. Tres puntos de renta mantenían los de Iván Ania respecto al descenso. Ventaja que se esfumaría tras sumar solo un punto en los tres primeros encuentros del año. Los caudalistas caían antes de Enero a puesto de play-out. Punto a punto logró recuperar esa renta de tres puntos transcurridos dos meses del año. Ahí comenzaría su mejor racha, acumulando ocho partidos consecutivos sin perder.
A seis jornadas de la conclusión el Caudal marchaba en un cómodo decimosegundo puesto. Pero los rivales de la zona baja puntuaban y esa renta se fue menguando. Tres jornadas sin ganar hicieron que esa renta se esfumara y el Caudal se asomase de nuevo al abismo del descenso. Con sufrimiento, los caudalistas lograron dos victorias en los tres últimos partidos que les dieron una permanencia muy sufrida, pero a todas luces merecida.
Tras la temporada empezaron a llegar las curvas más peligrosas del año para el Caudal. Diferencias entre directiva y el entrenador, Iván Ania, motivaron que éste no aceptarse la renovación propuesta. En su sustitución llegaba Paco Fernández, viejo conocido del club y entrenador en la exitosa campaña 2012/2013 en la que el Caudal jugó un histórico play-off de ascenso a Segunda División. Su objetivo, dirigir un equipo que tuviera una temporada tranquila con motivo del centenario del club.
Renovación muy profunda en la plantilla
A pesar de la permanencia lograda, el Caudal no apostó por la continuidad. La gran mayoría de la plantilla abandonó el club, donde solo permanecieron seis jugadores. El resto fueron todo caras nuevas que fueron llegando según fue avanzando el verano, pero muchas de ellas con mucho tramo de la pretemporada avanzada. Esto motivó que el arranque del Caudal en liga fuese muy irregular. Siete puntos de doce posibles entre las jornadas tres y seis llevaron a los mierenses a una cómoda posición en la tabla.
Parecía que los mierenses ya habían asimilado la remodelación de la plantilla y el cambio de cuerpo técnico. Pero lo cierto es que esa victoria en la sexta jornada sería la última que lograría el Caudal en el año 2017. Una nefasta racha de siete derrotas consecutivas y un empate motivó la dimisión de Paco Fernández a finales de Noviembre. Entre medias declaraciones cruzadas entre estamentos del club responsabilizando a la otra parte del fracaso.
En sustitución de Paco Fernández llegó Josu Uribe. En su primer partido ya se vio una mejoría palpable en juego. Pero fue una mejoría que no se plasmó en resultados. El gijonés dirigió tres partidos este año. Tres partidos en los que los mierenses merecieron más de lo cosechado, pero que se quedó en dos pírricos puntos. Los mierenses acaban como colistas, a ocho puntos de la permanencia, el 2017 y necesitarán de una proeza en el 2018 para lograr la salvación.
Antes de eso se espera una nueva revolución en la plantilla. Habrá muchas salidas y muchas llegadas para una plantilla que volverá a cambiar mucho en este mercado de invierno. Todo para que Josu Uribe pueda lograr en 2018 una nueva permanencia para los del Hermanos Antuña.
Foto destacada – Real Sporting de Gijón.