Este año 2017, que ha sido redondo para los culturalistas, no comenzó muy bien, ya que se produjo su segunda derrota de la temporada al empezar el año ante el Tudelano perdiendo por un gol a cero y empatando a ceros en el derbi contra la Ponfe.
Tras este pequeño bache conseguirían vencer tres partidos seguidos, pero sin jugar de la forma brillante de la cuál presumían, ante Izarra (3-1), Somozas (0-2) y Coruxo (3-1); y perder en la siguiente visita, también en tierras gallegas, ante el Boiro. En dicha derrota por dos goles a cero se notó de sobremanera la baja de Zuiverloon provocando que Yeray jugara en la zaga junto a Iván.
De aquí hasta el empate a cero con el Racing -partido en el que lesionaría Gianni Zuiverloon– se producirían la tan agónica victoria por cinco goles a tres ante la Arandina, el 0-0 en Mieres, y las victorias ante Guijuelo y la Mutilvera.
A pesar del empate con el Racing seguirían en posesión de un liderato que perderían en su derrota ante el Celta B, distanciándose tres puntos de Celta B y Racing al empatar a doses contra el Pontevedra. Se pasaba de la euforia del primer puesto a estar terceros y que cundiera el pesimismo a orillas del Bernesga.
No obstante, parecía estar escrito que esa temporada tuviera un final feliz para los leoneses. Primero en la jornada 35 perdiera el Celta b ante el Boiro por cero goles a tres y después en la 36 se produjera lo que todos esperaban, primero la victoria por tres a uno con el Lealtad, el empate a tres del Celta B en Aranda de Duero y la derrota del Racing con Guijuelo.
Cogerían el liderato y no lo soltarían ganando las dos últimas jornadas ante Valladolid B y Osasuna B -esta última con mucho sufrimiento-. Llegaría el sorteo y tocaría el que era el peor rival, el Barça B, y resultó que fue el mejor que le pudo tocar ya que ambos tenían un estilo de juego similar.
En la ida vencerían 0-2 en el Miniestadi realizando un partido casi perfecto defensivamente y siendo eficaces de cara a gol -dos ocasiones claras dos goles-. Así llegaban al partido en el Reino, donde el ambiente ya era una fiesta, estadio lleno y con una hinchada volcada que creía que por fin se certificaría el tan ansiado ascenso. El día pintaba lluvioso y los nostálgicos decían que el día se parecía al del ascenso a segunda ante el Bilbao Athletic.
Sin embargo, no comenzaría bien puesto que los culés se adelantarían en el minuto 38 por medio de Alfaro. Los fantasmas del pasado asomaban y los más aficionados con más años ya se esperaban los peor, pero Julen Colinas no estaba por la labor y empujaría el balón que le cedió Gallar a las mallas para llevar la locura a las gradas; y más tarde sería Gallar el que sentenciaría la eliminatoria.
Gente que apenas se conocía abrazada, lágrimas -esta vez de alegría- y un montón de bufandas ondeadas celebrando por fin un ascenso.
Por fin se jugaba en segunda, y pese a perder en la primera jornada contra el Lorca, se enlazarían dos victorias consecutivas ante Osasuna -realizando una de las mejores segundas partes de la temporada- y contra el Sevilla Atlético (2-1) con gol de Julen Colinas en el 93′.
En las dos siguientes jornadas se conseguirían cuatro puntos: un empate a cuatro contra el Valladolid y una victoria por 3-2 contra el Huesca.
Una victoria que no se volvería a repetir hasta el 17 de diciembre, tres meses muy largos sin ganar, con nueve empates y cinco derrotas. En estos tres meses se han visto los graves problemas defensivos y ofensivos -para hacer gol necesitan muchas ocasiones-.
El equipo se sitúa decimoséptimo dos puntos por encima del descenso, y a pesar de las no muy buenas sensaciones del encuentro en Oviedo se mira al futuro con optimismo y con confianza en que se va a lograr la permanencia. Para ello se van a realizar fichajes, entre ellos, el ya oficializado de Moutinho, y los esperados de Ideguchi, Sergio Marcos y de un ‘9’.
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