Un año de sufrimiento y calvario. Esa es la más probable definición que encontrarían los seguidores del Nástic de Tarragona para definir el año 2017. Un año en el que han vivido siempre con la sombra del descenso a 2ªB tras de ellos y en el que han pasado por el banquillo local del Nou Estadi un total de cuatro entrenadores.
Tras la dimisión de Vicente Moreno nada más alcanzarse el parón navideño de 2016, el club comenzó un tormentoso 2017. En sustitución del valenciano, que les había llevado de Segunda ‘B’ a la Liga 1|2|3 y rozado el ascenso a Primera División, llegó el gaditano Juan Merino. El ex-entrenador del Real Betis cogía al equipo colista, a seis puntos de la salvación. Su primer partido fue contra el Tenerife, en Tarragona y el segundo en La Condomina frente al UCAM Murcia. Dos empates que dejaban al equipo prácticamente igual al final de la primera vuelta.
Merino lograría su primera victoria en el primer partido de la segunda vuelta. 2-3 en el Anxo Carro en un partido que remontó en los minutos finales. El equipo mostraba síntomas de recuperación que le hicieron salir de puestos de descenso a finales de Febrero. Fue la mejor racha de los granas, con cinco partidos sin perder. El equipo fue flirteando con los puestos de descenso hasta que a seis del final, cayeron de nuevo a puestos de descenso.
La situación no cambiaría en las siguientes tres jornadas, en la que el Nástic solo pudo sumar dos puntos. Juan Merino fue destituido tras caer por 2-0 en Vallecas. Fue una destitución bastante sorpresiva, pues el Nástic solo estaba a un punto de la permanencia. Más sorpresivo fue si cabe el elegido para ocupar el banquillo las últimas tres jornadas. Llegó Nano Rivas, que acababa de terminar la temporada con el filial del Getafe en la Tercera División madrileña.
Sin embargo el relevo en el banquillo le funcionó a la perfección al club grana. Con Rivas en el banquillo vencieron los tres encuentros que restaban. Se salvaron, pero de forma totalmente agónica. En la última jornada el Nástic recibía al UCAM. Dos conjuntos que estaban fuera del descenso, por lo que ambos dependían de sí mismos, pero que, como así sucedió, quién perdiera se iría a 2ªB. Además al cuadro murciano solo le servía ganar, mientras que al Nástic le valía el empate. Tras mucha agonía, con Manolo Reina erigido como salvador del Nástic al detener un penalti, el Nástic venció en el descuento y mantuvo la categoría.
El efímero paso de Lluis Carreras
A pesar de salvar al equipo, Nano Rivas no continuó en el banquillo del Nou Estadi. El club tarraconense apostó por Lluis Carreras para el banquillo. La plantilla sufrió bastantes cambios y el equipo no se adaptó a lo que proponía el técnico de Sant Pol de Mar. Tras cinco encuentros en los que solo sumó un punto y fue apeado de la Copa del Rey, Lluis Carreras fue cesado. Un paso totalmente efímero por Tarragona.
El elegido para ocupar el banquillo fue Antonio Rodriguez Saravia «Rodri» que entrenaba a la Pobla de Mafumet, filial del Nástic en Tercera División. El relevo surgió efecto, ya que los tarraconenses salieron del descenso. Lograron victorias importantes en estadios difíciles como Los Pajaritos o el Nuevo José Zorrilla. El veterano delantero nigeriano Uche se ha establecido como la principal amenaza en ataque grana y la plantilla ha adoptado mejor el esquema, más conservador, del nuevo entrenador que el que proponía Carreras.
Aún así el Nástic, como le sucedió en la segunda vuelta de la temporada pasada, ha seguido siempre al filo del descenso. Con un partido menos tras la suspensión por la nieve del encuentro en Pamplona, es el conjunto que marca la permanencia con veintiún puntos. En definitiva un año 2017 de mucho sufrimiento para los seguidores granas. Una afición que ve como el 2018 que se presenta por delante promete también, al menos de mano, que será un año en el que también tocará saber sufrir para poder disfrutar.
Fotos – Gimnástic de Tarragona.