Una vez terminada la temporada 2016/17, tocaba ponerse manos a la obra en la búsqueda de un nuevo entrenador para el siguiente curso, siendo Quique Setién el elegido para sentarse en el banquillo del Benito Villamarín, devolver la ilusión a una muy maltratada afición y, en definitiva, poner a la entidad nuevamente entre los mejores equipos de España.
El siguiente paso, tras la elección del entrenador y más si cabe dado el estilo atrevido y vistoso del míster cántabro, era traer a los jugadores adecuados para desarrollar su idea. Se esperaban refuerzos en prácticamente todas las líneas, a excepción de la portería salvo salida inesperada, aunque quizás donde más cambios podían preverse sería en el centro del campo.
Reconstrucción de la plantilla
Llegarían un total de 10 jugadores, contando aparte el ascenso de Juanjo Narváez a miembro permanente de la primera plantilla y el regreso tras su cesión al Elche de Fabián, conformando una nómina de 21 jugadores, corta a petición de un técnico no muy partidario de las plantillas largas y si de ascender a chavales del filial en caso de necesidad, llegando a debutar en este 2017 de su mano el lateral izquierdo Redru, el mediocentro Julio Gracia y el delantero Aitor Ruibal.
Línea por línea, para la defensa se incorporaron a dos centrales y un lateral derecho. Para el costado, llegaría cedido del Middlesbrough Antonio Barragán, en una operación muy cuestionada por la afición, debido a la irregular trayectoria del andaluz anteriormente en la liga (fue duramente criticado en el Valencia CF) y su pasado sevillista, del cual es canterano. En el eje se necesitaban mínimo dos fichajes tras las bajas y se fichó a Zou Feddal procedente del sorprendente Alavés y bajo préstamo también arribó el catalán y canterano del Espanyol Jordi Amat, tras 4 temporadas en el Swansea.
Para el centro del campo, después de algunas temporadas, por fin se consiguió traer un viejo anhelo: un pivote defensivo. El encargado de traer equilibrio al equipo sería Javi García, ex canterano del Real Madrid y con un gran currículum al haber militado en Benfica, Manchester City o Zenit de San Petersburgo; además, se traería un segundo hombre para cumplir esta función en caso de no estar o no contar con el centrocampista murciano y desempeñarse como calificó el propio Setién de “Roque Mesa”: el mexicano Andrés Guardado, firmado tras buenas campañas en Holanda reconvertido al centro del campo y para aportar garra, solidez y, por supuesto, mucha calidad al mediocampo bético.
Pero no quedaría ahí la cosa, ya que, si se buscaba con los dos fichajes nombrados anteriormente sostener al equipo, para el desequilibrio llegarían dos nombres propios como Víctor Camarasa, un `box to box’ como se conoce en Inglaterra capaz de llegar de área a área y fundamental en el Alavés y, sobre todo, un Ryad Boudebouz procedente del Montpellier donde maravilló a toda Francia con 11 goles y 9 asistencias en la última Ligue 1.
Y para el ataque del equipo, se atendió a otra demanda desde hace tiempo entre los béticos: las bandas y un delantero que complementara (en este caso suplir tras su cesión a China) a Rubén Castro. Para los costados se aseguró mucha velocidad y desborde con las incorporaciones de Cristian Tello y Joel Campbell, este último nuevamente cedido por el Arsenal 5 años después, mientras que la responsabilidad goleadora caería sobre un aclamado Sergio León, canterano del club que volvía tras 7 años y con muy buenos números en Elche y Osasuna.
Pretemporada: de menos a más
La pretemporada, como se podía intuir, iba a ser muy complicada tras los numerosos fichajes incorporándose de forma progresiva, los chavales del filial tratando de impresionar y, por encima de todo, la adaptación de la plantilla a la nueva forma de jugar, de salida de balón desde atrás, defendiendo hacia delante y tratando de ser protagonistas siempre.
Así, le costaría mucho arrancar en una exigente pretemporada con 12 amistosos y mucho por hacer, perdiendo los primeros partidos contra Arcos y RB Linense y encendiendo las alarmas. Mientras, Quique Setién llamaba a la calma y pedía al aficionado paciencia con los resultados y más aún con las sensaciones; sin embargo, los heliopolitanos volverían a caer frente al Benfica para ganar al Vitoria, firmar 3 empates seguidos con diferentes sensaciones contra Extremadura, Valladolid y Besiktas antes de partir hacia Alemania para una concentración.
A tierras germanas ya llegaría más rodado el equipo y viéndose mucho de los automatismos que pedía su técnico, pero sufriría una dura derrota ante el Eintracht de Frankfurt, compensada con una victoria ante el recién ascendido Stuttgart. Después volaría al Nuevo Árcangel de Córdoba para el partido de presentación de los blanquiverdes, con victoria local por 1-0, antes de iniciar el tercer y último stage en Italia para enfrentarse a los dos colosos de Milán.
De la ciudad lombarda se llevaría una victoria de prestigio ante los ‘rossoneri’ y una injusta derrota con los ‘neroazzurro’ con la que pondría punto y final a la pretemporada. Llegaba la hora de la verdad.
Liga 2017/18: otro complicado inicio en el Camp Nou
Repetiría el Real Betis su primer partido de liga del curso anterior frente al FC Barcelona en el Camp Nou y esta vez, pese a las bajas con las que llegaba, intentaría hacer la ‘machada’ aprovechando la ausencia de Luis Suárez y la depresión post-Neymar. No obstante, un autogol de Alin Tosca y un tanto de Sergi Roberto, ambos en la primera mitad, terminarían antes de tiempo con las esperanzas béticas.
Y, más que nunca, estaba marcado en rojo en el calendario el primer partido de liga en casa frente al RC Celta, estrenando el nuevo Gol Sur y llenando el Benito Villamarín hasta la bandera. Y con este panorama, el Betis no podía hacer otra cosa que ganar, aunque con su esencia: se adelantarían los gallegos con un gol en propia puerta de Camarasa, pero Sergio León y Zou Feddal se encargarían de darle la vuelta al marcador y dar los primeros 3 puntos.
Volvería del parón el equipo sevillano para viajar hasta El Estadio de La Cerámica, cuajando un mal partido y un contundente 3-1 con el que se volvían de regreso a casa, donde en la siguiente jornada no volverían a fallar ante los suyos, venciendo 2-1 al RC Deportivo de La Coruña con un doblete de Joaquín. Después, llegaría el momento cumbre de la temporada: victoria en el Santiago Bernabéu 0-1 con gol de Tonny Sanabria en el minuto 93, al más puro estilo Sergio Ramos.
Aprovecharía la tropa de Setién (y sobre todo Sanabria) esta inercia aplastando al Levante 4-0 con doblete del paraguayo, que por fin parecía responder un año después a su alta inversión. Y en toda una oda al fútbol ofensivo, firmaría un 4-4 en Anoeta frente a la Real Sociedad en un partido de altos vuelos, donde cualquiera podía llevarse la victoria.
La derrota frente al Valencia, punto de inflexión negativo
Si la victoria frente al Real Madrid marcó un momento clave positiva, la derrota por 3-6 contra el Valencia en casa empezaba a desnudar las carencias defensivas del equipo y a resquebrajar poco a poco la máquina perfecta que parecía semanas atrás. Cogerían oxígeno los verdiblancos con la victoria por 2-0 frente al Alavés y en Copa 1-2 en el Ramón de Carranza contra el Cádiz, aunque en ambos no terminó de convencer.
Pero, ahora sí, comenzarían los de las 13 barras una caída libre de resultados, juego y capacidad defensiva acumulando 7 partidos seguidos sin conocer la victoria: derrotas contra Espanyol, UD Las Palmas y Atlético de Madrid, mientras que rascaría un empate ante Girona y Getafe ambos en casa y remontando, dándole a su afición al menos una muestra de orgullo. Menciones aparte merecen la sonrojante derrota por 5-0 frente al Eibar en Ipurua, donde ni jugadores ni técnico se salvaron en ningún aspecto y, sobre todo, la ridícula eliminación en Copa del Rey contra el Cádiz, al perder 3-5 en casa en un despropósito de partido, donde el equipo quedó tocado, el cuerpo técnico señalado y la afición estallaba ante la enésima temporada en la que se tira una competición que ha dado alegrías a la parroquia bética.
Para acabar el año, el equipo logró finalizar esa mala racha asaltando La Rosaleda por tercer año consecutivo y volviendo a recordar al equipo de inicio de competición. Por desgracia, no se pudo acabar con victoria el 2017 frente al Athletic, puesto que los vascos ganaron 0-2 en un partido marcado por el infantil error de Amat en un córner con Laporte, señalando el árbitro penalti y expulsando al zaguero catalán.
Para finalizar, se podría decir que el Real Betis que acabó el curso 2016/17 y el que empezó este 2017/18 son el mismo perro con distinto collar: comenzaron ilusionando a los suyos, pero fueron diluyéndose para terminar decepcionando. Ojalá el 2018 sea diferente.