Huesca – Oviedo, el análisis
El conjunto asturiano arrancó 2018 rascando un buen empate en el campo del líder que da continuidad al gran último mes del año pasado
Aunque los Reyes Magos no trajesen un regalo en forma de victoria, el Real Oviedo no pone quejas al punto cosechado en El Alcoraz. Visto lo visto, sobre todo en la primera parte, da la sensación de que el equipo asturiano se dejó dos puntos. Para Juan Antonio Anquela y los suyos no. Porque era el campo del líder, porque hasta ahora solo habían volado cuatro puntos y porque allí no rasca un empate cualquiera. Por todo eso, el punto sabe a gloria. Y, al margen de lo logrado, el Oviedo sigue dando motivos para ser optimistas. Otro derroche de trabajo, otro recital de ‘Anquelismo’ que dejan más que satisfecha a la afición azul. Ahora, los oviedistas ya ponen su mente en el partido del próximo viernes ante el Rayo Vallecano.
- Punto al esfuerzo. El Oviedo dio continuidad a la buena línea con la que concluyó el 2017. Los azules volvieron a cuajar un partido sensacional. Quitando dos acciones puntuales, el conjunto asturiano volvió a ser el equipo sólido que le gusta a su entrenador. A lo largo de la semana se hablaba de los puntos fuertes del Huesca y de los difícil que era sacar algo en su campo. Pues bien, el Oviedo no sólo rascó un punto, sino que pudo llevarse los tres tranquilamente. Aunque los locales apretaron durante un tramo de la segunda mitad, el conjunto asturiano fue mejor durante el encuentro.
- El ‘Anquelismo’. Ya ha calado en el Real Oviedo. Jugadores y aficionados saben de qué trata esta corriente. Trabajo, esfuerzo y sacrificio. Así llegan las victorias, los puntos, las buenas sensaciones y la alegría al vestuario. Porque desde aquel encuentro frente al Lugo, el ‘Anquelismo’ y el sistema de tres centrales han colocado al Oviedo en la zona noble de la tabla. Porque los aficionados tienen una sintonía perfecta con su entrenador. Y, sobre todo, porque se está reforzando la parte más débil de este equipo, que eran las constantes derrotas fuera de casa.
- Desacertados en las dos áreas. Hay dos acciones que marcan el partido. La primera en el área del Huesca. Penalti a favor del Oviedo que Remiro detiene ante Linares. La segunda, justo en frente, en el área de Alfonso. El toledano se confió en un saque, echó el balón abajo y Álex Gallar, que estaba detrás del meta, se lo quitó e hizo el primero. Dos fallos que impidieron una victoria.
Tres nombres propios en el Oviedo
- Conexión Saúl-Aarón. Cuando conectan el ‘7’ y el ‘21’ pasan cosas. Siempre. Ayer, una maravilla de Saúl Berjón la resolvió a la perfección Aarón. Una más. Porque el Oviedo es más equipo cuando sus dos estrellas aparecen. Y lo hacen moviéndose por todo el frente de ataque. Una conexión que da puntos. Una dupla que pocos equipos tienen y a la que el conjunto asturiano le está sacando la máxima rentabilidad.
- Vuelve Toché. En la recta final del partido, el delantero murciano volvía a disputar un partido oficial más de dos meses después. Su lesión en Alcorcón y la posterior operación le han tenido apartado de los terrenos de juego más de 60 días. Ahora, su vuelta ayuda aún más al equipo. Regresa el gol azul, vuelve uno de los mejores arietes de la categoría.
Imagen destacada: laliga.es
Por @javimorcin