A estas alturas de 2017, desde Ferrari salían voces que decían: «Ojo, que el nuevo coche no será tan malo como mucha gente cree». El cambio de normativa aerodinámica y los nuevos Pirelli más anchos hicieron de palanca para devolver a Ferrari a las victorias asiduas en el inicio de temporada.
Ahora, el presidente de la ‘Scuderia’, Sergio Marchionne, prefiere tirar de ironía y apostar por el perfil bajo, aunque en su foro interno cree que el de 2018 será un coche ganador, si pulen esos fallos de fiabilidad que les hicieron caer en el último tercio de la temporada pasada.
«Estuve en Maranello los últimos días y los muchachos del diseño me parecieron demasiado relajados. ¡Solo puedo concluir que o hemos hecho un verdadero mostruo o una basura! Hemos puesto todo para tener un monoplaza superfuerte. Habrá que esperar hasta el 22 de febrero cuando lo presentemos», señala Marchionne en el Salón de Detroit del automóvil.
Se sabe que será un diseño continuista, con esos grandes direccionadores de flujo pegados en la entrada de los pontones y que el proyecto apostará por aumentar en seis centímetros la distancia entre ejes, al estilo de Mercedes. El proyecto está en manos de Simone Resta, diseñador que ya estaba en la época de Alonso y Enrico Cardile, que llegó desde los GT’s la temporada pasada.