Real Oviedo – Almería, el análisis

El Oviedo está de dulce, nadie lo pone en duda. Un equipo que jamás deja de creer, que crece en la adversidad y que siempre lo deja todo en el campo. Ayer, ante el Almería, estas fueron las bases de la remontada. Tras el golpe del 0-1, el equipo se vino arriba. Entró Toché, se metió el Tartiere aún más en el encuentro y llegaron los tantos de la victoria. Tres puntos para seguir ahí arriba, en la zona noble. Además, el triunfo garantiza al Oviedo llegar al derbi por delante del Sporting, pase lo que pase la semana que viene. Ahora, los azules ya tienen la mente puesta en el Reus.

• Mismo dibujo con piezas distintas. Como les veníamos contando a lo largo de la semana, Anquela apostó por repetir sistema. Lo hizo sin tres piezas clave, pero su fe en este dibujo le inclinó a volver a apostar por él. Entraron Verdés, Valentini y Varela, lo esperado. Todos cumplieron a la perfección. El valenciano fue el líder de la zaga. Se mostró muy rápido en las coberturas, imperial por arriba y duro en las marcas. Varela y Valentini pasaron más desapercibidos. En el caso del carrilero, cumplió a la perfección atrás, pero se le vio poco arriba. Valentini, por su parte, estuvo bien, aunque sufrió demasiado. De cara a la semana que viene, parece que Verdés repetirá en el once en lugar del sancionado Carlos Hernández. Tampoco estará Aarón, que vio su quinta amarilla.
• Este Oviedo sabe sufrir. A diferencia de otros años, este Oviedo sabe sufrir sobre el césped. En un partido soso, sin brillantez y en el que las cosas se pusieron cuesta arriba, los azules tiraron de orgullo, valor y garra para sacar tres puntos clave. Y eso es lo que valoran afición y técnico. Porque Anquela agradeció el esfuerzo de todos y cada uno de sus futbolistas. Saben lo que es sufrir y tienen muy interiorizado el ‘Anquelismo’. Se puede decir aquello de que este equipo jamás deja de creer.

Toché, Saúl y el Tartiere

• Toché volvió por todo lo alto. Su entrada al césped fue un punto de inflexión. El partido estaba para él, para que cogiese en el área una de las suyas y decantase el partido del azul. Y así fue. Porque su primer tanto lo hizo cuando saltó al césped. El Tartiere se puso en pie y se metió aún más en el partido. Después, en el primer balón que tocó dentro del área, olió la sangre, sacó la escopeta y disparó al fondo de las mallas. Minutos después, tras una gran combinación con Saúl, llegó el segundo. Toché is here.
• Saúl Berjón. Es el mejor futbolista que tiene este equipo, no hay ninguna duda. El Oviedo juega al ritmo que marca el canterano. Aparece por izquierda, desborda por derecha y genera ocasiones por dentro. El punto diferencial entre ganar o no. Ayer se sacó de la manga una gran jugada individual para darle a Toché el primero. Y para cerrar su gran noche, anotó el segundo tras una buena combinación con el murciano. El ovetense está de dulce, y el equipo asturiano lo sabe. Por sus botas pasarán gran parte de las opciones oviedistas de estar arriba.
• El factor Tartiere. Cuando tienes a más de 15.000 gargantas dejándose la voz por ti es más fácil jugar. Y el Oviedo las tiene cada vez que pisa el Tartiere. Cuando las cosas van bien aprietan. Cuando van mal, lo hacen aún más. Ayer, tras el gol del Almería, se puede decir que la afición levantó al equipo. Al final del partido, como ya viene siendo habitual, sonaron las famosas palmas islandesas, comandadas por Johannesson. Tras las mismas, la afición puso las bufandas al viento para cantar el himno y comenzar, con el ‘A por ellos’ la arenga de cara al próximo partido en casa, el derbi ante el Sporting.

Imagen destacada: laliga.es

Por @javimorcin