Carta al oviedismo

Después de casi tres lustros, nos volvemos a poner de gala para nuestro gran partido. El eterno rival nos visita, en un buen momento, con la moral por las nubes y con más de 28.000 locos que haremos del Tartiere una olla a presión

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Vuelve el derbi al Carlos Tartiere. Ya han pasado tres lustros desde que el Oviedo ganase al Sporting en su casa en el último derbi oficial en la capital de Asturias. Y quince años son muchos, hay demasiadas ganas de disputar este partido. Ahora lo hacemos en casa, en una racha de resultados increíble, después de unas sensaciones excepcionales en El Molinón. Porque en la ida comenzamos a dejarles claro que ya estamos de vuelta. Aquel gol, el de Toché, con su brazalete.

Y ahora, queridos oviedistas, el destino nos trae de nuevo un derbi a nuestra casa. Después de muchos años en el barro, donde no merecíamos estar, llega la hora de volver a ver nuestro gran partido. El gran encuentro de Asturias, para nosotros y para ellos. Y lo hará, paradójicamente, con un césped embarrado. Quién lo iba a decir, ¿verdad? Porque este domingo, 4 de febrero de 2018, es nuestro día ‘D’. Serán varias horas de empuje, de dejarse la voz y de hacer un Tartiere inquebrantable, como nuestra sangre azul.

Y lo primero de todo es decir las cosas como son. Vale que estemos bien y por delante, pero ya lo dijo uno de nuestros capitanes. No somos favoritos. No los hay en esta clase de partidos, aunque algunos se empeñen en que sí. Pero jugamos en nuestra casa, y somos el Real Oviedo. Ese equipo que nunca dejará de sufrir, que jamás dejará de creer y que, por supuesto, nunca se privará de soñar.

Y no lo hará porque sabemos lo que es sufrir para seguir existiendo. No hace falta recordar lo que pasó. Ha habido derrotas dolorosas, de esas que hacen que las lágrimas caigan de los ojos. Pero también victorias de las que se recordarán siempre. Con más de 16.000 personas viendo partidos en Tercera; con un Tartiere a reventar en los playoffs de ascenso, hasta llegar de nuevo al fútbol profesional.

Porque ser del Real Oviedo es algo muy grande. Y este fin de semana, el fútbol asturiano vive su mayor fiesta. Una velada que ahora se celebrará en nuestra casa, ante más de 28.000 oviedistas que comenzarán el partido dos horas antes, cuando el autobús del equipo salga del hotel. Y esa puede ser una de las llaves del triunfo. Al igual que en otras ocasiones, el Tartiere intentará meter el primer gol. Tener a los suyos en el encuentro desde que abandonen el hotel y se suban al autobús. Todos saben lo que es un derbi, ya lo han vivido, pero nunca en nuestro feudo.

Oviedo, sí se puede

Hay muchos motivos para creer en los tres puntos. El sistema de tres centrales ha traído la felicidad. Nueve jornadas consecutivas sin perder y seis triunfos en casa de forma consecutiva. Además, por primera vez desde que arrancó la campaña, Anquela los tiene a todos. Y en uno de ellos puede estar la clave para ganar. Porque tenemos a Saúl en plena forma. Desbordante, desequilibrante, con gol y como mejor asistente de LaLiga 1|2|3.

Y este derbi lo jugamos en nuestra casa. Ante los nuestros. Nadie duda que el Tartiere será una olla a presión. Tampoco hay dudas en que nuestros jugadores se dejarán el alma en el campo. Porque el ‘Anquelismo’ ya ha calado en todos. Si el equipo acostumbra a jugar con intensidad, en este partido lo hará con mucha más. Y por ser el Real Oviedo y por estar brindándonos esta gran temporada vamos a estar orgullosos de este equipo. ¡Vamos Oviedo!

¡PUXA UVIÉU!

 

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