El Oeste no era tan salvaje como la leyenda nos ha hecho creer. El mercado ofrecía protección y agencias de arbitraje que funcionaban con bastante eficacia, y que sustituían al gobierno total o parcialmente». Terry L. Anderson y P. J. Hill. El fútbol mantiene la esencia de la injusticia, a pesar de las adaptaciones tecnológicas de la época. Ocurrió una vez más en Anfield ayer.
Liverpool |
2 | 2 | Tottenham |
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El Liverpool dejó una demostración de fútbol directo, verticalidad, eficiencia y solvencia atrás. Este último factor fue el detalle no menor que mitigaba el funcionamiento del sistema. En frente, una máquina táctica por su modelo organizacional: Pochettino planteó un ofensivo y dominante sistema fundamentado en su impronta tradicional: fútbol de presión, movimiento, rotación y verticalidad, sello imponente del DT argentino. Con su 4-2-3-1 típico, con Trippier, Sánchez, Vertonghen y Davies en línea de cuatro férrea y con permanentes incursiones de los laterales. Doble volante central: Dembele como pivote y Dier abierto por derecha y con responsabilidad de creación. Arriba, Son como extremo por derecha y Alli a la izquierda. Eriksen por el centro y Kane como forward.
Los Spurs demostraron memoria y flexibilidad táctica. La extracción del instrumento se produjo desde la presión en la fase de recuperación. Esta idea se complementó con la posesión mínima persuasiva afianzada en incursiones verticales con espacios gestionados desde el movimiento en curvas y triángulos de avanzada. No obstante, la fase defensiva del sistema poche predeterminó descubrirse atrás, originando espacios para avanzadas de los Reds. La permanente incursión de Trippier y Davies descubrían el espacio atrás por las bandas, dando campo de transición a Milner y Can para conexiones con los extremos. Salah, Mané y Firmino con espacios suelen marcar diferencias, y, en este partido, el egipcio demostró su valía.
Estas grietas defensivas se convirtieron en callejones para el permanente ingreso de Can que, desde su posición de volante interior por izquierda, tuvo acceso pleno al frente de ataque liderando casi la totalidad de jugadas de peligro de los locales. El primer gol, una jugada desafortunada de Dier que habilita al espacio vacío a Salah quien definió a palo cambiado de Lloris.
El partido continuó igual, un Tottenham dominante y Liverpool amenazante. Los locales administraron la posesión, mientras que los de Klopp sólo tenían la resistencia y el contragolpe. La primera de éstos se fundamentó tras el impacto positivo por presencia de Dijk. El holandés impuso solvencia, seguridad y orden en una defensa que había mostrado algunos desastres previos a su llegada. Los cambios Wijnaldum–Henderson y Chamberlain-Mané y Matip-Milner, solo replegaron las líneas rojas. La presión fue tal, que al 80′ Wanyama remató un mal rechazo al centro del área, colando la pelota en la escuadra de Karius.
Al 87′ Kane erró un penalti que él mismo había fabricado. Salah al 91′ en fabulosa apilada maradoniana decretó el 2×1 al 91′ dejando liquidado el partido, al menos eso parecía. No obstante, la fortuna ofertaría más emociones. Al 94′ un penalti polémico por aparente simulación de Lamela en el área fue facturado por Kane. El inglés definió con eficacia a palo cambiado de Karius.
El partido culminó con sabor a batalla. Una guerra igualada con aroma a injusticia por cómo se produjo el empate. Legitimidad, por un trámite con un equipo proponiendo y otro apostando a la contra. Al final Pochettino levanta como trofeo de guerra un punto logrado en el ocaso del encuentro. Klopp impuso su fútbol directo, su Liverpool chárter, pero las injusticias del deporte le arrebataron la victoria.
Ficha técnica | |
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Liverpool: Klopp Karius; Arnold, Lovren, Dijk, Robertson; Henderson, Can, Milner; Salah, Firmino y Mané. |
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Tottenham: Pochettino Lloris (C), Trippier, Sánchez, Vertonghen, Davies; Dier, Dembele; Eriksen, Alli, Son, Kane. |
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Goles: 1-0, min 2: Salah; 1-1, min 80: Wanyama; 2-1, min 91: Salah; 2-2, min 94: Kane (penalti) |
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Árbitro: Jonathan Moss | |
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