Un gol anulado a Coke por una falta que se hicieron entre dos jugadores del Valencia cuando el marcador estaba 1-1. La posterior contra que acabó en el 2-1 con la posición de Santi Mina muy dudosa. Y el penalti del 3-1, que en realidad fue falta de Zaza a Robert Pier. Así se podría resumir la actuación de Medié Jiménez, árbitro encargado del Valencia-Levante y que ha recibido multitud de críticas.
Lo cierto es que, pese a sus errores durante el ejercicio en el terreno de juego, el colegiado tuvo otro error en el acta del partido que posteriormente a los 90 minutos redactó: en el minuto 87 Antonio Luna fue amonestado «por derribar a un contrario en la disputa del balón de forma temeraria». Las imágenes, sin embargo, revelan que no fue el lateral sevillano quien cometió la falta y recibió la tarjeta amarilla, sino Róber Pier, quien ya tenía una cartulina y debería haber sido expulsado.
La acción se produjo en una jugada en la que una entrada de Róber Pier a Simone Zaza fue considerada penalti por el árbitro del partido y que habría sido la segunda del central del Levante.