Las plantillas pasan, junto a entrenadores, directivos y muchos datos que llenan páginas de penas y glorias sobre el Málaga, lo único que siempre seguirá es el sentimiento malaguista.
Un club como el Málaga CF, lleno de historia y sentimientos, no se enmarca únicamente en unos números que te coronan en Champions o te hunden en segunda. Cuando naces malaguista, es porque en tus sentimientos manda más el corazón que la razón. El ser boquerón es saber sufrir por tus colores, acostumbrarte a que tu alrededor huela sólo al Barça o al Madrid. Que cada semana no hablen de tu equipo, porque no existe para la prensa nacional, ni las televisiones. Que tu club sea «el del jeque tieso», el que hasta hace unos años era «equipo ascensor», donde cualquier jugador que despunte no dura más de una temporada, donde los árbitros nunca te respetan. Ser malaguista es saber que en parte de tu abono llevas también mucho sufrimiento, porque LaLiga no te trata igual, Hacienda te mira con lupa, mientras otros equipos DEBEN hasta de callarse. Te quitan en los despachos lo que has sudado en el terreno de juego.
Ser malaguista es disfrutar de tus colores en la Rosaleda, el disfrutar de ese recibimiento a tu equipo, el vibrar con ese ! UY ! , cuando el balón roza el larguero, el escuchar «MÁLAGA LA BOMBONERA» en la Feria o en tu boda, el ver siempre el cielo blanquiazul, el llevar tu coche, moto o buzón tuneado con el escudo malaguista. En el ADN malaguista viene de serie el tener que aguantar a tantos «catetos» que siendo malagueños cantan ese gol del Atlético, aunque no fuera legal, que celebren la pasada liga del Madrid ante las gradas de tribuna o prefieren llevar la camiseta de Messi o Neymar antes que la de Weligton. Ser malaguista es renovar tu abono antes que acabe la temporada sabiendo que te van a desmantelar tu equipo, el alegrarte cuando el mensajero te trae ese abono que tanto trabajo y sacrificios te cuesta pagar. El estar «loco» por saber a qué jugador desconocido te van a fichar, el reunirte con tus compañeros de fatigas, que finalmente son tus hermanos malaguistas antes de cada partido en Martiricos. El plantear el fin de semana, mirando antes a qué hora juega tu Málaga, el no irte de puente porque hay partido en la Rosaleda, el llevar con orgullo tu camiseta malaguista cuando sales de viaje….
Por todo éso y mucho más me parte el alma el ver a unos jugadores, directivos y técnicos que no «se partan la cara» para no arrastrar ese escudo que para miles de malaguistas es parte de nuestras vidas. El ir a cualquier entrenamiento y comprobar lo privilegiados que son esos jugadores por los que te tirarías horas por un autógrafo y que no sean capaces de se dar ese pequeño «plus» que le está faltando a este equipo esta temporada para haber conseguido esos puntos que van a mandar al equipo a segunda. Donde los que seguro estarán la próxima temporada en la Rosaleda seremos esos aficionados con ADN boquerón, ya que seguramente la mayoría de los jugadores se marcharán a vestir otras camisetas que le puedan pagar esos sueldos millonarios por los que vinieron al Málaga, y porque sus «egos» no pueden «mancharse» en terrenos de segunda división, donde ellos mismos van a mandar al equipo.
El Málaga es mucho más grande que unos números, unos jugadores, o unos presupuestos.
El Málaga es luchar siempre con coraje y corazón, porque el sentimiento malaguista…nunca muere.
Por @sergiogl65