Iberostar Tenerife se despide de la copa

Iberostar Tenerife, arropado por su afición, quienes constantemente les recordaban que «Sí se puede», lograron sobrevivir a la primera mitad del partido y llegaron al descanso con un punto por encima en el marcador, pero esta máquina arrolladora llamada Real Madrid les arrebató el sueño llamado Copa del Rey.

“Viven solo de nuestros errores. Hay que defender y correr. Pero primero tenemos que hacer el balance y después ya les cogeremos” decía Pablo Lasso, el coach del Real Madrid durante el segundo tiempo, y efectivamente, en el transcurso del tercer período se pusieron por delante del marcador y ya no tuvieron marcha atrás. Un cambio en las defensas y un “enchufadísimo” Jaycee Carroll, quien contó con más efectividad que en el partido anterior frente al Unicaja de Málaga, vuelven a poner en marcha el motor, que una vez calienta, no perdona a quien se encuentre por delante. Cabe también destacar al juego defensivo y también ofensivo de Rudy Fernández y un sobresaliente  Luka Doncic.

Encaminados hacia su quinta Copa consecutiva, sólo les queda esperar el partido que definirá al rival con el que se jugarán el trofeo de reyes.

El equipo tinerfeño y su desacierto desde la línea de tres, sólo 2 tiros anotados de 21 intentos,  veía como esto les iba penalizando. El poderío del Tenerife está bajo aros y normalmente cuentan con un joven muy luchador y talentoso, Mateusz Ponitka que con su intensidad y talento innato suele protagonizar minutos de gloria, pero que hoy su estrella no brilló tan fuerte y terminó con unos números que no reflejan su calidad como jugador. Tim Abromaitis, Javier Beirán y Davin White tampoco aparecieron en cuanto a anotación, dejando la mejor valoración para Fran Vázquez.

No es casualidad que el Real Madrid se encuentre ya descansando y pensando en el partido final, tienen las herramientas para poder reconducir un partido, el talento personal, la actitud de juego en equipo y el saber sobradamente que de ellos depende obtener el quinto trofeo consecutivo, 40 minutos les separan de volver a oír el “We are the Champions”.

@PatriDuarte