Valentino Rossi no terminó de carburar en Tailandia, y la sensación de que no avanzaba era una constante hasta para él.
«Sabemos que tenemos que trabajar principalmente en la electrónica, pero no creo que haya novedades en el próximo test de Qatar. Puede llevarnos meses. Hasta ese momento deberemos confiar en el destino».
Resumen. «Ha sido un test complicado, pero hoy fui un poquito mejor, sobre todo, a mediodía. Aún teníamos algunas cosas para probar y fue importante poder completar nuestro programa. En la última hora fui bastante rápido e hice 1:30.5, pero en la vuelta buena me fui largo en la última curva, pero podría haber hecho 1:30.2, lo que no habría estado mal».
Problemas. «Ayer estaba más preocupado; hoy, un poco menos. El gran problema es que nunca sabes qué esperar. Es como jugar a las cartas. Queda el hecho de que hemos sufrido bastante, que todos van muy fuerte y hemos estado muy cerca. Se ha repetido la situación del año pasado, cuando no sabes qué puede cambiar de la mañana a la tarde. Imagínate de un día a otro».
Soluciones. «Es una situación muy extraña, que, en toda mi carrera, sólo me pasó el año pasado. En 2016, aunque teníamos también los Michelin, el rendimiento era más constante. En cambio, desde el año pasado, todo puede cambiar en un momento. Ha sido un test difícil para Yamaha, pero hay que decir que todos estamos animados. En Malasia estaba más contento que aquí, pero esperemos que las cosas vayan mejor en Qatar».
Rivales. «No es fácil, pero hemos visto que las motos más competitivas tanto en Malasia como aquí son las Honda, con Márquez, Pedrosa y también Crutchlow. Ducati, en cambio, ha tenido más altibajos, como nosotros».