River y Godoy Cruz no se sacaron ventajas
En un partido correspondiente a la décimo sexta jornada de la Superliga y plagado de polémicas, Godoy Cruz vencía tranquilamente al elenco Millonario, pero en un envión anímico, River logró igualar el encuentro por 2-2
Con todas las miradas puestas en el equipo dirigido por Marcelo Gallardo, que no venía jugando nada bien, el partido comenzó con el Millonario generando más peligro pero sin ser claros en los últimos metros, cuando más lo necesitaba. Con apenas seis minutos de juego, Nicolás De La Cruz recibió en soledad por el segundo palo, pero su disparo rebotó en un defensor y posteriormente se estrelló en el palo derecho de Leonardo Burián.
Sin embargo, a los 11 minutos de la primera etapa, el elenco local perdió el dominio del balón junto a toda la tranquilidad que venía mostrando. En esa jugada, Santiago García habilitó a Juan Garro, que definió de manera excelente ante la salida del golero rival, Franco Armani, para abrir el marcador a favor del Tomba.
A los 16 comenzaron los errores arbitrales, cuando Lucas Pratto le ganó la posición a Luciano Abecasis y este lo derribó dentro del área. De todos modos, Jorge Baliño consideró que el ex Sao Paulo se tiró para simular una falta y no cobró la infracción. Además, a los 24 minutos, Garro le devolvía la gentileza a García, parado en una clara posición adelantada, y lo asistió para que la pique y estire la diferencia de la entidad mendocina.
Cuando todo era perdición, furia y desconcertación en el equipo del Muñeco Gallardo, un despeje de un defensor derivó en Pratto, que habilitó de taco a Rodrigo Mora, para que anote su primer tanto tras su dura lesión en el fémur -284 días sin anotar-, dándole vida a la Banda.
En el tiempo complementario, River salió decidido a buscar la igualdad y lo consiguió con apenas cinco minutos, cuando Mora le pasó la pelota a De La Cruz, este envió el centro para que Pratto marque su primer gol en su nuevo equipo.
Todo esto nos daba a entender que sería una buena parte final, pero lo cierto es que ninguno de los equipos pudieron generar riesgo en el área rival y el verdadero show lo dio una actuación paupérrima de Baliño, el árbitro del encuentro.