El Betis se encuentra ante una ilusionante temporada. Más allá de los resultados y la materialización de éxitos deportivos en el club, las sensaciones en torno al proyecto deportivo comandado por Quique Setién son notablemente positivas. El equipo ha dado un giro drástico a todo lo ofrecido la temporada pasada, algo que conforme avanzan los meses continúa su proceso de asentamiento.
Anteriormente, el banquillo verdiblanco parecía una olla a presión a la que algunos entrenadores no sobrevivían. La inestabilidad y la incertidumbre se apoderaban de la zona técnica haciendo que las temporadas no fueran todo lo idílicas que pudieran ser.
Una de las peores situaciones recientes vividas en el banquillo del Benito Villamarín la protagonizó Gustavo Poyet. El técnico charrua tuvo una amarga etapa como entrenador del Betis y fue destituido antes de lo esperado; pero él mismo reconoce haber cometido un error de gravedad antes de fichar por el Betis.
«Cuando me llamaron para el Burdeos no paré de ver partidos, de leer cosas… Trato de aprender mucho para llegar y tener una idea concreta. Aprendí que no me informé lo suficiente antes de entrenar al Betis. La culpa fue mía y no de ellos. Yo pensaba que aquel campo, que era un espectáculo en mi etapa como jugador, sería aún más agradecido estando de su lado… pero luego me encontré con una locura interna y alrededor del club que me afectó. No me preparé para ello. Cuando vine a Burdeos no cometí el mismo error. Leí mucho antes”, desveló en Marca.