Tras un año plagado de inestabilidad la temporada del Barcelona iba encaminada hacia el éxito. Ernesto Valverde había conseguido deslumbrar a los más escépticos recuperando a la versión más letal del conjunto catalán. Una categoría que recientemente se difuminó en Stamford Bridge.
El Chelsea plantó cara al Barcelona en la ida de octavos de la UEFA Champions League. Y vaya si lo hizo. El planteamiento ofrecido por Antonio Conte hizo que los de Valverde se difuminaran sobre el terreno de juego. El Barcelona tan solo fue un espejismo del equipo que había dominado todas las competiciones disputadas esta temporada.
Un imperdonable error local, una falta de suerte de Willian, un instinto pícaro de Iniesta y una contudencia salvadora de Messi dieron vida al Barcelona en Stamford Bridge. Un 1-1 que sabía a gloria para los visitantes, pero que los ingleses saborearon con un aroma agridulce.
Uno de los mayores errores del Barcelona fue caer en la trampa del Chelsea. El conjunto catalán movilizó la posesión con pases horizontales, sin apenas perforar el férreo entramado defensivo planteado por Antonio Conte. Una situación que Valverde no supo remediar, a pesar de intentarlo en la segunda mitad. Y es que el Barcelona carecía de aquel juego exterior para ensanchar el campo que te ofrecía Neymar. El equipo caía en un embudo constante y tan solo Messi e Iniesta tenían la capacidad de desequilibrar.
El técnico vasco tampoco hizo uso de un velocista y eléctrico jugador de banda como Dembele. Fue Aleix Vidal el encargado de intentar revolucionar el partido, una tarea de demasiado envergadura para el ex sevillista. Pero por si fuera poco la alineación de Paulinho fue otro error de bulto que no se subsanó correctamente. El brasileño se vio desbordado en un estilo de juego en el que el nunca brilla. Su potencia, su llegada y su fortaleza física para el juego de ida y vuelta se difuminaba; sacando a relucir sus mayores defectos en la posesión y creación de juego.
Una serie de situaciones que Valverde no supo prever y que pudieron costarle la eliminación a todo un Barcelona. Tendrá que haber un giro de planteamiento para la vuelta en el Camp Nou. O quizás no. Quizás sea fiel a su estilo