El Navalcarnero sigue apuntando alto a costa de un Coruxo que se acerca al precipicio

Polémica, poco fútbol y cuatro goles. Esos fueron los protagonistas hoy en O Vao. Tras una primera parte en la que el Navalcarnero parecía dejar los deberes hechos con una ventaja de dos goles, el Coruxo intentó darle la vuelta al marcador. Se la jugó y le metió el miedo en el cuerpo con el gol de Higón. Los verdes tuvieron en sus botas el empate, pero en el 94 Edgar sentenció el partido.

Apenas habían pasado cinco minutos, y ambos equipos ya habían pisado con peligro el área rival. Avisó primero el Coruxo con un disparo de Mateo que se fue por nada, y poco tardó en contestar el conjunto visitante. Joaquín lo intentó desde lejos, pero su remate se marchó por encima del larguero.

El equilibrio reinó en los primeros minutos. Ningún equipo llevaba la voz cantante ni dominaba en juego, sin embargo Joaquín apareció de nuevo, esta vez para mandar el balón entre los tres palos. Los vigueses perdían el balón en el centro del campo y con la defensa descolocada el delantero rojiblanco cruzó el balón para batir a Alberto.

Sabedores de la importancia de manejar con acierto su ventaja, el Navalcarnero se cerró bien atrás sin dejar huecos que pudieran aprovechar los jugadores locales. Además su presión alta dificultaba muchísimo la salida de balón de los verdes, tanto que parecía que el esférico les quemaba en los pies. Los jugadores de Rafa Sáez optaron por el pase en largo, pero la gran parte de las veces esos envíos eran interceptados por la defensa madrileña.

A la media hora de juego, los jugadores del Coruxo pidieron penalti por un agarrón a  Silva, pero el árbitro lo interpretó de otra forma. A pesar de la polémica, los locales se acercaban a la meta de Ismael. Primero fue André el que rozó el gol, pero el meta visitante lo evitó y apareció Higón para cazar el rechace, que se acabó marchando por la línea de fondo.

Parecía que las cosas iban a seguir así hasta el descanso, pero no fue así. Álex Fernández aprovechó una jugada a balón parado para ampliar ventajas y hacer más difícil la reacción del Coruxo. El paso por vestuarios marcó totalmente la segunda mitad. Los jugadores de Julián Calero salieron dispuestos a defender el resultado costara lo que costara, sin embargo los vigueses no se iban a rendir con tanta facilidad.

Los verdes ponían el fútbol, y el Navalcarnero la defensa. Las ocasiones y el dominio las monopolizaba el Coruxo, aunque seguía sin batir a Ismael, que siempre respondía cuando más peligro llevaban los vigueses. Y toda la insistencia local tuvo su premio. Juampa centró desde la banda izquierda, Bazo remató pero Ismael detuvo su tiro, entonces apareció Higón con la caña para marcar el gol de su equipo.

El tanto fue un chute de moral para los vigueses, que no cejaban en su empeño de empatar. Ismael se convirtió en un muro que sus rivales no podían atravesar por más que lo intentaran. Ya en el tiempo de descuento, Pazó cayó en el área del Navalcarnero. Sus compañeros reclamaban penalti, pero en árbitro no lo concedió. Dos minutos después, Edgar sentenció el partido aprovechando que la defensa rival estaba descolocada.

Al final, tres puntos que se fueron para Navalcarnero, que mira muy de cerca los puestos de playoff. El Coruxo, a pesar de haber tenido grandes ocasiones y de haber puesto el fútbol en la segunda parte se marchó con un mal sabor de boca, con Rafa Sáez expulsado y con el descenso pisándole los talones.