Los triples y un gran último cuarto les basta a los Sixers para tomar el Madison
Gran partido del quinteto titular de Philadelphia, liderados por Embiid (29+10) y Simmons (13+10+12), que anotaron 96 de los 118 puntos de su equipo. Los Knicks, con un gran Beasley (24+13+7), dominaron el grueso del partido, pero se vinieron abajo en el peor momento
Nunca resulta fácil jugar en el Madison, y bien lo supieron los Sixers ayer. A pesar de un primer cuarto bastante igualado, con un Embiid que ya empezaba a mostrar el repertorio que iba a sacar durante el resto del partido, fueron los de Nueva York los que tuvieron el partido más de cara, con un Kanter que fue de más a menos, en parte por el gran trabajo de su compañero O’Quinn (14+10 para el primero y 15+10 para el segundo), un Mudiay que volvió a firmar un gran primer cuarto (hasta que tomó los mandos Burke), y también con grandes actuaciones de Lee. Aunque sin duda el mejor de los neoyorquinos fue Beasley, quien se quedó a sólo tres asistencias del triple-doble.
Lo cierto es que la igualada llegó hasta mediados del segundo cuarto, cuando los Knicks tomaron la directa, a pesar de un Embiid que no se desenchufó ni un instante, y llegaron a tener una renta de siete puntos, la mayor del partido por aquel entonces. Aunque los Sixers tuvieron momentos de reacción, los de Hornacek consiguieron irse al descanso, después de un gran arreón final, con una ventaja de ocho puntos (60-68).
La segunda mitad empezó con un gran despliegue de Nueva York, lo que sería preludio de lo que pasaría en el tercer cuarto, donde llegaron a establecer una diferencia máxima de partido de trece puntos. Sin duda pintaba buena noche por fin para los aficionados Knickerborckers, que desde la lesión de Porzingis han visto únicamente una victoria de su equipo.
En unos minutos en los que ambos equipos mostraron una gran capacidad anotadora, se vieron minutos propios de estos Knicks, de cierta desconexión que acercaron a los Sixers al partido, aunque pareció una simple pájara de la que consiguieron levantarse para llegar a los últimos 12 minutos con opciones reales de llevarse el encuentro (83-91).
Muy distinto fue el definitivo cuarto. Con unos enchufadísimos Sixers, que salieron en tromba en busca de una remontada, los Knicks limitaron sus esfuerzos a aguantar la renta que tenían, algo que desde luego no fue posible. En apenas tres minutos el equipo de Brett Brown ya estaban a cuatro puntos y acechando. Los de la Gran Manzana aguantaron hasta casi el final.
A falta de poco más de cinco minutos mantenían una ventaja de seis puntos. Ventaja que se vio truncada con un parcial de 8-0 para los de Philadelphia. Especialmente acertados en el triple, con gente como Daric, Covington o Redick, los de Pensilvania firmaron el que fue principio del fin de los Knicks y comienzo de una nueva victoria de unos Sixers que aseguran un poco más su sexta posición del Este.