El Barça vence y convence ante un Athletic sin garras

Una de las mejores primeras partes de la temporada. Esa fue la sensación que dejó el Barça en su encuentro con el Athletic Club que llegaba tras quedar eliminado de la Europa League tres días antes. Esa tendencia negativa se reflejaba con la alegría que atesoró el equipo azulgrana desde el inicio siguiendo la estela de la goleada ante el Chelsea esta semana. Si el fútbol es un estado de ánimo, el Barça está en la cima y el Athletic en un pozo.

Valverde sacó un once ofensivo y juntó como titulares a Messi, Dembélé y Coutinho además del necesario Alcácer ante la ausencia por sanción de Luis Suárez. Los tres genios no tardaron en asociarse para deleitar a su público y destrozar la defensa del Athletic. Rakitic hizo de Busquets -y muy bien- acompañado de Paulinho en la medular. Extensa artillería que se mostró intratable ante un león sin garras y con la dentadura rota. Todavía sin digerir la eliminación, los de Cuco Ziganda fueron maltratados en los primeros 45 minutos. El huracán Barça arrasó sin piedad a un equipo sin alma como tantas veces se ha mostrado el Athletic esta temporada. Fueron un juguete roto en manos del líder invicto y con Messi a los mandos del juego. El primer gol llegó en el minuto 8 obra del cumplidor Alcácer que, estando en el sitio justo en el momento adecuado, remató una excelsa jugada ya clásica entre Messi y Jordi Alba por el lado izquierdo. No le quedó más remedio que empujarla a la red cuando se encontraba completamente solo en el punto de penalti. El cuadro local salió en tromba y sometió a su homólogo vasco bajo una tormenta atronadora que caía sin cesar dentro de su área. No se habían cumplido ni diez minutos y los visitantes ya se encontraban anestesiados, incapaces de agrupar dos pases seguidos y cometiendo errores que casi eran una sentencia.

La goleada sobrevolaba por un Camp Nou que presenciaba su tercera mejor entrada de la temporada. El público catalán parece que se ha enganchado al estadio en el tramo decisivo de la Liga y eso lo sufren los rivales. Ziganda no podía ni animar a sus jugadores porque la imparable velocidad que le metía Messi al juego era abrumadora. Los barcelonistas eran aviones y los rojiblancos eran carros movidos por caballos deprimidos. Coutinho encaraba desde la izquierda, Messi sometía a la zaga desde el centro y Dembélé volaba por la derecha. Así llegó el 2-0 en el minuto 30 con un misil de Messi desde la frontal, otra vez demasiado solo, muy fácil para el mejor jugador del mundo. San José y Beñat estaban ahogados, Núñez e Íñigo naufragaban y De Marcos y Saborit no podían achicar agua. Una primera parte que pudo ser trágica para el conjunto bilbaíno pero los palos se aliaron con Kepa, el único acertado del Athletic. Hasta en tres ocasiones se fue el balón al palo: dos remates de Coutinho y un tiro de Paulinho. Por primera vez desde el comienzo pudo respirar Ziganda cuando Jaime Latre señaló con su brazo el túnel de vestuarios. El Barça había sido un auténtico vendaval y pasó por encima de un Athletic muy pobre.

Lo mejor para los vascos era, sin duda, el resultado. Habían sobrevivido a duras penas del ataque culé que no era poco. Por ello salieron en la segunda mitad con otro ánimo y sin ninguna presión. Comenzaron como en el primer tiempo presionando arriba pero esta vez luchaban y robaban con cierta eficacia. Enfrente se encontraban 11 jugadores que habían salido físicamente al campo pero mentalmente se habían ido ya a sus casas con los tres puntos. El Barça se mostró muy relajado, conforme con lo desarrollado en la primera parte y sin querer forzar la máquina en exceso. El cambio que introdujo Ziganda en el descanso con la inclusión de Iturraspe en la medular por el desaparecido Beñat funcionó. La presión adelantada del Athletic incomodaba al Barça y fruto de ello fue la indudable contestación de Valverde. El técnico puso en el verde a Iniesta para devolver el control a su equipo y sentenciar la victoria. Pero el equipo azulgrana había terminado ya su partido. Salvo un par de intentos y arrancadas de Messi, el esférico no volvió a rondar por la portería de Kepa hasta el final. Por el contrario, Ter Stegen que había sido un mero espectador en la primera mitad, en la segunda le tocó parar alguna aunque sin mucho peligro. El Athletic demostró orgullo pero poco más. Recién eliminados de la Europa League y cada vez más lejos de donde deben estar, son un barco a la deriva sin ningún rumbo aparente.

El partido murió con el Barça descansando mientras el cuadro vasco se intentaba encontrar así mismo. Un milagro que acabara 2-0. Los de Valverde plasmaron su mejor versión y meten miedo a sus futuros rivales. Y ya llevan 29 jornadas invictos. Una barbaridad histórica que les acerca al ansiado título de Liga y que hace soñar a sus aficionados con otro Triplete. El Athletic llega al parón con las malas sensaciones que le han perseguido durante toda la temporada y con un horizonte incierto.

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