En la rueda de prensa previa al encuentro de este domingo frente al Reus, Baraja dijo que no entra en sus preocupaciones el hecho de que sus jugadores puedan estar o no al borde de la suspensión. Unas palabras del vallisoletano que se contradicen con los hechos en el campo de varios de sus jugadores.
“No miro a las posibles sanciones. Pongo en cada partido a los que considero mejores, que Álex tenga cuatro amarillas es como lo de Sergio la semana pasada que también tenía cuatro y jugó al 100%”. Con esas palabras respondía Baraja en la rueda de prensa respecto al hecho de que Álex Pérez tenga cuatro amarillas. El vallisoletano quiere dar a entender una cosa cuando realmente se hace la contraria. Quiere Baraja que se crea que las sanciones a sus jugadores son casuales y no buscadas. Pero los hechos dicen que en el vestuario rojiblanco se hace justamente lo contrario a lo que el entrenador vallisoletano dice.
Para comprobarlo no hace falta más que irse jornadas atrás. Los últimos jugadores que cumplieron ciclo de amonestaciones fueron Sergio Álvarez, Bergantiños, Michael Santos y Carmona. Todos ellos cumplieron ese partido de sanción frente a equipo de la zona baja y nunca frente a rivales directos. De esas cuatro hay una excepción: la de Carmona. La quinta tarjeta del balear, que cumplió sanción frente al Lorca, no fue buscada. Pero las otras tres están cortadas por el mismo patrón. Tarjetas aparentemente absurdas en los minutos finales de los encuentros. ¿La motivación? Buscar cumplir sanción frente a un rival sobre el papel inferior.
Michael Santos vio la quinta amarilla frente a Osasuna cuando el partido estaba cerca de su finalización por 2-0. Una innecesaria entrada que le costó la tarjeta y cumpliría su sanción frente al filial sevillista una semana después. Así se aseguraba el charrúa estar disponible para los importantes partidos frente a Huesca y Rayo Vallecano.
El caso de Sergio Álvarez es idéntico. Cuando el Sporting vencía por 0-2 en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo, el avilesino hizo una fuerte entrada en el centro del campo que le costó tarjeta. Cumplirá sanción este domingo frente al Reus, pero estará disponible para visitar a Valladolid y Cádiz consecutivamente.
Aunque cortado por el mismo patrón, el caso de Álex Bergantiños fue diferente. Incluso más flagrante a la vista. En el duelo que llevó al Sporting a la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, Bergantiños vio la quinta amarilla por perder tiempo en el saque de una falta en el tiempo de descuento. En su caso el gallego cumplió sanción frente a la Cultural una semana después, estando también disponible frente a Huesca y Rayo Vallecano.
Todo apunta a que Álex Pérez no será titular mañana
Ahora mismo en la plantilla hay dos jugadores al borde de la suspensión. Son Isma López y el propio Álex Pérez. El central madrileño sumó la cuarta tarjeta el pasado domingo en Almería, por lo que está al borde la suspensión. Una circunstancia que, dado el horizonte próximo del Sporting, puede motivar su suplencia mañana. Y es que si Álex Pérez viese mañana la quinta amarilla, a Baraja se le abriría un problema importante.
De ocurrir, Álex sería baja para la visita a Valladolid, pero tampoco podría contar con Guitián. El cántabro, cedido por el cuadro blanquivioleta, tiene claúsula del miedo en su contrato de cesión. Por lo que no podrá actuar en ese partido. Eso dejaría, en caso de suspensión al madrileño, a Baraja sin dos de sus tres centrales de total confianza. Una circunstancia que, aunque Baraja diga no le preocupa, quiere evitar a toda costa.
Esta previsión no solo afecta al primer equipo. Juan Rodríguez vio la semana pasada la quinta tarjeta amarilla con el filial. Fue en una acción totalmente buscada por el gallego en una protesta al colegiado y que motiva que este fin de semana cumpla partido de castigo. La consigna es que el gallego estuviese federativamente disponible para visitar el José Zorrilla, dado que la confianza de Baraja en Juan Quintero es nula y que Guitián no estará disponible.
Una realidad más que evidente, aunque el vallisoletano nos quiera hacer creer lo contrario. Baraja gestiona las sanciones en su plantilla de forma inmaculada, no corriendo más riesgos de los necesarios para no perder jugadores en encuentros clave. Y más cuando el calendario enfila su parte final y decisiva.