Un ridículo histórico

Artículo de opinión al hilo del descenso del Caudal Deportivo a Tercera División a falta de cinco jornadas por disputarse para la conclusión de la temporada regular en Segunda División 'B'

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El 8 de Abril a las 20:20 horas se consumó el descenso a Tercera División del Caudal Deportivo. Digo se consumó, porque ese descenso llevaba gestándose y cociéndose a fuego lento desde hacía muchos meses.

La temporada 2017/2018 para el Caudal Deportivo iba a ser histórica. El club cumplía su centenario; 100 años de vida que además han sido de forma continuada bajo distintos nombres y directivos. Absolutamente nadie podrá negar que histórica ha sido. Pero por ridícula y bochornosa. A falta aún de cinco jornadas por disputarse el Caudal es equipo de Tercera División; categoría donde militará en la temporada 2018/2019.

Dieciséis puntos sumados en treinta y tres partidos y solo trece goles anotados a favor hablan a la par de la enormidad del cataclismo del equipo mierense esta temporada. Una campaña en la que la directiva que encabeza Roberto Ardura presentó el presupuesto más ambicioso de su historia, que rondaba los 600.000€. Una cifra que jamás en la historia se había visto en el club mierense. Visto el resultado podrían decir los doctos en el refranero español que ‘quién mucho abarca, poco aprieta’.

Ardura y su directiva sabían de la importancia de esta campaña. Y fueron ambiciosos, pero su ambición ha acabado estrellándose de forma fatal contra un muro de hormigón que deja al Caudal en la UVI. En verano se acometió una reestructuración importante de una plantilla que había logrado la permanencia la campaña anterior. La confección de la plantilla cumplió dos premisas que ya no auguraban nada bueno. Tarde y mal. Aunque desde el club se quisiese transmitir que se habían fichado primeras opciones. Seguro que fue así.

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El Caudal no ha dado nunca la talla ni el nivel necesario para mantener la categoría

Y cabe decir que el inicio no fue malo. Pero apenas un puñado de jornadas después se tornó en la pesadilla. No ganan partido los  mierenses desde la sexta jornada. No ganan partido desde finales de Septiembre; y estamos en Abril. Veintisiete jornadas sin sumar un triunfo. Pero la planificación eran primeras opciones. Menos mal, porque visto lo visto como serían las segundas y terceras… A la plantilla, y por ende la planificación, se la ha medido y evaluado. Y el resultado es que no ha dado la talla. Superado por la situación e incapaz de darle la vuelta al equipo, Paco Fernández se hizo a un lado. El ovetense se mostró como lo que en Asturias llamamos un paisano. Se quitó de en medio esperando que sin él se arreglasen los problemas.

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Josu Uribe no ha mejorado los registros de Paco Fernández como entrenador del Caudal

Pero él no era el problema del Caudal. Llegó Josu Uribe. Y con su llegada, se atisbó una ligera reacción en el juego. Pero los resultados seguían siendo malos. Diecisiete partidos lleva el gijonés en el banquillo y no ha sido capaz de ganar un solo partido. Sacudió el vestuario, incorporando a nueve jugadores en Enero y dando la baja a otros tantos. Tanta revolución para quedar en el mismo sitio. Tras la derrota que consumó el descenso frente a la Peña Sport dijo la que sin duda es la mejor frase desde su llegada al banquillo. «Está claro que no damos el mínimo para la categoría».

Cierto es que él llegó a un equipo hundido. Y que no tiene toda la responsabilidad, pero ha fracasado de forma rotunda. También es bien conocido en el mundo del fútbol por su fuerte carácter. El de decir las cosas como las piensa sin medir muchas veces las consecuencias. Como también, poca capacidad de crítica. Pero ya que sus números como entrenador caudalista son bastante vergonzantes y que lo primero que haya hecho para justificarse es que él no tiene toda la culpa de este descenso, tampoco es nadie para ir diciéndole a otros profesionales de otro gremio como deben hacer su trabajo. Más si cabe cuando él no ha hecho bien el suyo.

Por si el descenso fuese poco, el Caudal está sumido en un proceso electoral que concluye en pocos días sin que nadie quiera, salvo sorpresa, presentarse al cargo de presidente. Esto obligará, en contra de sus deseos, a Roberto Ardura a planificar la próxima temporada en Tercera División. Algo muy poco deseable para un presidente que ansía dejar el cargo tras ocho largos años y que ve como no hay relevo para capitanear la nave caudalista. El Caudal ha llegado a los cien años, sí, pero su futuro ahora mismo es, cuanto menos, incierto.

Fotos: Felipe SM

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