Lugo – Oviedo, el análisis
Victoria importantísima de los asturianos que les deja a un punto de la zona noble de la tabla. El gol de Diegui ya es uno de los más importantes en lo que va de temporada para los azules
Después de una tormenta siempre llega la calma, o eso dicen. Porque tras el huracán amarillo que asaltó el Tartiere hace algo más de una semana, Lugo parecía un lugar propicio para volver a ver la claridad. Y así fue. El Oviedo logró una victoria clave que le permite seguir optando a los puestos de playoff. Porque el equipo de Juan Antonio Anquela se coloca a un punto de esa zona, la que quieren todos, la que permite soñar con Primera. Ayer, en un partido trabado y muy disputado, el equipo asturiano vio como, esta vez sí, la pegada estuvo de su parte para llevarse el encuentro. Y sin tiempo de saborear el triunfo, los azules ya piensan en el partido ante el Nástic en el Tartiere.
- Variaciones en el sistema. Una hora antes de empezar el partido saltaba la sorpresa. Adiós a la línea de cinco. Anquela optaba por quitar a los tres centrales para introducir una zaga de cuatro hombres. A ello se le unió también una línea de tres mediapuntas que puede dar mucho de qué hablar. Porque Aarón, Fabbrini y Saúl son tres jugadores que marcan la diferencia, y el tenerlos sobre el césped puede acarrear el tener que desprenderse de los tres centrales. Con Cotugno y Christian en los laterales, el centro de la zaga lo ocuparon Carlos Hernández y Forlín. Folch y Marigan formaron el doble pivote y Toché fue la referencia. En la primera vuelta, un cambio de sistema ante el Lugo se tradujo en diez encuentros sin perder. Veremos si la historia se repite.
- La línea de tres mediapuntas. Fue uno de los aspectos más destacados del encuentro de ayer. Una línea de calidad, clase y talento al servicio del equipo. Son tres jugadores que marcan la diferencia. Desequilibrio, velocidad, llegada, último pase y finalización. Lo tienen todo. Aarón buscó la velocidad, Fabbrini el balón al pie para hacer diabluras y Saúl, como siempre, marcó la diferencia y el ritmo de juego. Con ellos, Toché se vio mucho más cómodo. Aunque le faltó el gol, el murciano se centró tan solo en rematar.
- Victoria clave en un momento trascendental. Tras la derrota ante el Alcorcón en el Tartiere, el triunfo era la única forma de seguir vivos en la lucha por la zona noble. Y el Oviedo no falló. Los de Anquela tiraron de oficio para sumar tres puntos muy importantes que les dejan a un punto del playoff. Además, la victoria supuso también el volver a sumar de tres en tres fuera de casa, algo de vital trascendencia en esta categoría.
- Diegui cambió el partido. Saltó al césped con la idea de dar más profundidad a la banda derecha. La idea era meter una marcha más en ataque y poder más directo. Pero Johannesson quiso más. En un error de los locales, el canterano anotó uno de los tantos más importantes de lo que va de temporada. Un gol que, además, lleva otro mensaje, el de la titularidad. Porque ahora mismo, el lateral derecho es uno de los puestos más disputados en el equipo de Anquela.
Una afición única
- Marea azul en Lugo. Cerca de 2.000 oviedistas presenciaron el triunfo de los suyos en Lugo. Era un día marcado en el calendario. Desplazamiento relativamente cercano y encuentro clave. Todo eso se tradujo en que la marea de seguidores azules dio color a las calles de Lugo. Desde primera hora, los seguidores carbayones fueron llegando a la ciudad para mostrarles a los suyos que nunca están solos. Una vez más, la afición oviedista demostró que es muy diferente al resto.
Imagen destacada: laliga.es