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El líder fue más eficaz en las áreas

Al Sporting le costó de nuevo mucho lograr un triunfo. Si la semana pasada frente al Reus el sufrimiento fue muy alto, no fue menos el que hubo que pasar en el José Zorrilla. Es algo que Rubén Baraja recalca semana tras semana, que en esta categoría lograr victorias es muy difícil. Por ello la actual racha de ocho seguidas, que mantienen a los rojiblancos en lo más alto de la tabla, tiene aún más mérito.

Además esa octava no llegó en una plaza cualquiera. Ocurrió en Valladolid frente a un Real Valladolid que llevaba una racha como local que asustaba. Siete victorias y un empate en las últimas ocho jornadas. Además estrenaba entrenador en la figura de Sergio González, que relevó a Luis César Sampedro esta misma semana. No pudo debutar puntuando el técnico catalán que se encontró con un Sporting efectivo en las áreas. Analizamos a continuación varias de las claves del encuentro:

Un gol tempranero

El partido apenas tardó 127 segundos en ponérsele de cara al Sporting. Ese es el tiempo de partido que transcurrió desde el saque de centro hasta que Rubén García perforó la red de Masip. Un gol que reforzó el dispositivo que Rubén Baraja había diseñado para el Sporting en este encuentro. Es además un gol que deja en evidencia a la zaga pucelana. Especialmente a sus dos centrales. Calero se ‘come’ un balón largo frontal, permitiendo que Nano Mesa le gane la disputa y la acción. Después le deja orientarse hacia su pierna buena para que ponga el servicio que Rubén García, lanzándose al suelo, convierte en gol. Ese centro también deja en evidencia a Kiko Olivas. El balón le pasa por delante al defensa de Antequera que no hace ademán de despejar. Masip observa, incapaz e impotente sin poder evitarlo, como vencen su portería.

Dominio sin profundidad

Canella conduce ante Pablo Hervías

El Sporting no le disputó la posesión del balón al Valladolid. Rubén Baraja ha demostrado, sobre todo a domicilio, que su equipo no necesita el balón para hacer daño y hoy lo volvió a demostrar. Le cedió al balón al cuadro pucelano, que lo amasó y acumuló mucha posesión. Pero apenas pudo inquietar a Diego Mariño, especialmente en el primer tiempo, donde el portero vigués no tuvo que realizar ninguna intervención.

En el segundo tiempo la situación cambió, también por el cansancio acumulado de los rojiblancos. Los pucelanos encontraron algún espacio más, además de tener a hombres de refresco como Gianniotas que cuajó unos muy buenos minutos. Así llegaron sobre todo las dos acciones de Jaime Mata que salvó Mariño primero y Barba bajo palos después. Que un equipo de la capacidad goleadora del Valladolid, se haya quedado en tres lanzamientos entre los tres palos habla muy bien del trabajo defensivo realizado por el cuadro gijonés en el José Zorrilla.

Anular a Jaime Mata

Una de las consignas claras era poder anular a Jaime Mata. El máximo artillero de la categoría de plata nunca estuvo cómodo. Pero tampoco lo necesita para crear peligro. Suyas fueron las mejores ocasiones de un cuadro pucelano que le buscó casi constatemente. Para negarle las opciones y el gol un hombre de la zaga rojiblanca destacó sobre los demás: Federico Barba.

El central italiano fue, probablemente, el mejor hombre del partido. Una auténtica pesadilla tanto para Mata como para el resto de atacantes blanquivioletas. Más sufrió su compañero de zaga, Álex Pérez cuando tuvo que medirse contra Mata. El madrileño, ex-jugador del Valladolid la pasada temporada, si tuvo algún apuro más. Pero como en él es habitual volvió a mostrarse como un baluarte en el juego áereo y abortó varios centros peligrosos.

Vivir sin Jony

Había cierto temor en si el Sporting podría sobrevivir a las bajas conjuntas de Jony y Michael Santos. Cierto es que el cangués entró en la convocatoria y disputó algo más de media hora. Pero el extremo de Cangas del Narcea suele ser uno de los principales catalizadores del ataque gijonés. La ausencia del cangués merma la riqueza ofensiva gijonesa, como lo haría en cualquier otro equipo. Pero hoy el Sporting demostró que se puede vencer sin él.

Además Nano Mesa también volvió a demostrar que puede sustituir con grandes garantías a Michael Santos. Eso sí, la salida al campo de Jony le dio al cuadro gijonés una vía de escape hacia la portería de Masip. De sus pies y las combinaciones con otros compañeros, llegaron todas las ocasiones que el Sporting fue capaz de crear en el segundo tiempo.

Sergio no pudo debutar en el banquillo blanquivioleta con triunfo

Un fuera de juego mal señalado y un penalti no pitado

Cierto es que todo lo anterior, pudo cambiar si el trío arbitral que encabezó Cordero Vega hubiese tenido más tino en ciertas acciones. Concretamente en dos en el segundo tiempo que pudieron cambiar el resultado final. Una de ellas fue un fuera de juego señalado a Jaime Mata que hubiese llevado al máximo goleador de la Liga 1|2|3 a plantarse solo ante Mariño.

La otra fue bastante más clara. En el minuto 83, Gianniotas pone un centro desde la línea de fondo que impacta en el brazo de Federico Barba. Tras tocar en el italiano. el balón le llega manso a Mariño. El Valladolid reclamó con vehemencia pena máxima que ni la árbitro asistente, Guadalupe Porras Ayuso ni Cordero Vega señalaron. Una acción polémica de la que incluso Sergio González se quejó amargamente en rueda de prensa.

En definitiva el Sporting supo sufrir y sacar adelante un partido muy complicado. Logran sumar 64 puntos y afianzarse como líder y en ascenso directo. El Valladolid se queda con la derrota tocado, pues hizo méritos para al menos llevarse un punto. Pero el cuadro pucelano tiene margen de mejora con Sergio González y muchos puntos aún por disputarse. El objetivo del play-off no está tan lejos.

 

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