Oviedo – Nástic, el análisis

Triunfo importante del equipo de Juan Antonio Anquela que le permite volver a situarse en la zona noble de la tabla

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El Real Oviedo volvió a ganar en el Tartiere. Un triunfo clave, en un momento decisivo y en un escenario donde los azules no pueden fallar. Porque el conjunto dirigido por Juan Antonio Anquela tiene su base de puntos en casa, ante su gente. Ayer, en un encuentro marcado por el miedo a ganar, un detalle decantó la contienda a favor de los asturianos. La derrota del Zaragoza y el empate del Granada propiciaron que los oviedistas, tras sumar tres puntos, volviesen a la zona noble de la tabla. Son sextos, con un punto de ventaja sobre su perseguidor. Pero sin tiempo para celebrarlo, los azules ya piensan en el próximo compromiso ante el Valladolid en el Tartiere.

  • Hasta el final. Más concretamente, en palabras de Anquela, «hasta el último minuto del último partido». Será en ese momento cuando los oviedistas puedan dejar de sufrir. Porque el jienense tiene claro que en Segunda, con la igualdad que hay, va a tocar pasarlo mal ante cualquiera. Todo el mundo se juega algo, bien sea por arriba o por abajo. El caso es poder sumar. No mirar el cómo, sino ser precisos e ir acumulando puntos de los que no haya que acordarse a final de temporada. Para ello, va a tocar sudar, y mucho. Por eso, el análisis de Anquela no puede ser más acertado: «Hasta el último minuto del último partido».
  • Típico partido de Segunda. Oviedo y Nástic afrontaron ayer un partido clave. Porque, para los asturianos, la victoria significaba volver a los puestos de playoff. Los futbolistas eran conscientes de lo que supone, sobre todo anímicamente, el regresar a la zona noble. Es como si las cosas se viesen de otra forma, en otro color. El cuadro catalán también se la jugaba. Si los rivales del Oviedo habían fallado, los perseguidores más inmediatos del Nástic acertaron. Porque la Cultural ganó, el Córdoba empató. Además, el BarçaB‘ juega esta noche. Por ello, los tarraconenses conocían la importancia de estos tres puntos. Finalmente, el partido sonrió al Oviedo.
  • Apareció Saúl. Como siempre. El que marca las diferencias. En un partido trabado, sin muchas ocasiones y poco brillante, Berjón volvió a iluminar al Oviedo. Ya avisó en los primeros compases con dos asistencias que no pudo concretar Toché. Sí lo hizo él, a pase del murciano precisamente. Con un toque sutil, al segundo palo, inalcanzable para el meta visitante. A partir de ahí, el ovetense paró el juego, supo qué hacer y cómo jugar en cada momento. Dirigió a los suyos en ataque y no se escaqueó de sus labores atrás. Otro partido 10 del ‘21‘.
  • Segunda puerta a cero consecutiva. Ganar es importante para cualquiera, pero hacerlo con portería a cero gusta más. En la segunda prueba tras cambiar el sistema, segunda puerta a cero. Todos defienden en este Oviedo. Hacen complicado que les creen ocasiones de gol, pero cuando estas llega, por ahí anda Alfonso Herrero. Lo del toledano es para enmarcar. En Lugo estuvo providencial para sacar los tres puntos, y ayer también. Porque con empate a cero, el guardameta sacó un pie providencial que podría haber complicado mucho las cosas. Desde aquí, desde la parte de atrás, Anquela pretende construir de nuevo ese bloque sólido que sume y sume hasta lograr el objetivo.
  • Fabbrini ilusiona. Lo peor del italiano en lo que llevamos de temporada son esos seis meses sin jugar. Porque qué importante hubiese sido tenerle desde el principio. Diferente, decisivo y desequilibrante. La pide siempre, no rehuye el tener el balón entre sus botas. Lo intenta, encara y se asocia. Quizás le falta algo de ritmo y llegada a portería, pero no hay ninguna duda de que este futbolista ilusiona, y mucho, dentro de la casa azul.

La clasificación, un tema tabú

  • Vuelta al playoff, pero partido a partido. Regresar a la zona noble de la tabla siempre es motivo de satisfacción. Pero en esta categoría no puedes pararte a celebrar nada, porque cambia de la noche a la mañana. Y sino que le digan al Oviedo. Tras caer ante el Alcorcón, el cuadro de Anquela lo veía todo de color negro. Dos victorias después, vuelven a estar en la zona noble. Una razón por la que el jienense no quiere relajaciones ni confianzas. Sabe que permanecer ahí no es fácil. Por ello, al acabar el encuentro, el preparador restó importancia a este hecho y ya puso su mente en el próximo compromiso.

Imagen destacada: laliga.es

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