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El perdón táctico a Zidane

Benzema, semifinales Champions League. (may-01-2018)

Real Madrid 2 (4) 2 (3) Bayern de Múnich

El encuentro memorable del martes en Madrid será recordado por mil motivos de los que ustedes lectores hayan advertido, pero en lo personal lo recordaré como el perdón táctico a Zidane. Alineaciones sorpresivas, improvisaciones tácticas, goles de camerino y hasta errores arbitrales tiñeron la cancha del Bernabéu en una tigrera interminable, incandescente y por mínimo histórica, pigmentando aún más la mítica historia abarrotada de inolvidables momentos que acrecientan la leyenda.

Los factores de la mixtura configuran un enjambre táctico de grato análisis. Requisito uno: comenzar hablando de necesidades, urgencias y prioridades. El Bayern necesitaba anotar dos goles para pelear la llave, para ello urgió adueñarse de la pelota con la prioridad de no desprotegerse atrás para evitar los inocentes errores de Múnich. El DT alemán dispuso un 4-1-4-1 y una estrategia arriesgada. Ensanchar la cancha con Kimmich y Alaba como eyectores de balones peligrosos e inmediatas referencias de pase para la alta posesión. El émbolo teutón marcado por Thiago y sus seis opciones de pase en cada jugada. James de conector, masificando su fútbol fino y regulando la aceleración del equipo. Müller y Ribéry, desbordando a sus marcadores habituales, Vázquez y Marcelo; abriendo espacios con movimientos axiales por carriles internos para espaciar las incursiones de los laterales. Lewandowski, el punta, no era el único responsable de hacer goles. El gol era una carga que debían soportar entre muchos. Había que proponer y tratar de definir lo menos errado posible.

Sobre el primer gol de Kimmich, un déjà vu guardioliano. Incursión de su alma lateral adaptada de su origen abstracto (back central). Sus innumerables facetas en el pepstyle le heredaron al joven alemán la ocupación natural de diversos sectores del campo; cada sector es un momento y cada momento exige la capacidad idónea para responder con naturalidad al máximo nivel de desempeño (Lambea, 2018). La intercepción es una cualidad innata del ejecutor, así el error del rechace de Ramos no fue imperceptible por el metamórfico instinto de Kimmich, registrando así su nombre en semifinales de ligas europeas.

Por su parte el Madrid paró su 4-4-2 cotidiano. Modificaciones sorpresivas como para una sesión chamánica para templar los nervios y el espanto. Y es que Zidane urgido por la falta de Carvajal y a modo Guardiola, otorgó la punta derecha a Lucas Vásquez con la misión de neutralizar a uno de los más añejos mediocampistas creativos de Europa: Ribéry. Debo confesar que el rol de marcapunta tanto a mi como a Valdano nos eriza la piel, no me cabe pensar cómo lo vivió el hincha de tribuna. A pesar de haberse notado limitaciones técnicas en la recepción al bulto y de cálculo espacial al ir por los rechaces, la misión de Lucas fue aprobada, con sobresaltos inexorables, pero sin grandes errores que lamentar.

EL PERDÓN

Precisamente aquí cabe la reflexión del perdón táctico a Zidane. Inmediato al pitazo inicial, Heynckes debió disponer a un extremo con mayor potencia para aprovechar las limitaciones de Vásquez. Müller a perfil cambiado debió generar mayor volumen futbolístico a la banda y centro que la gambeta hacia dentro de Ribéry. Teniendo a un centro delantero como Lewandowski y con las conocidas falencias merengues en juego aéreo, la inclusión de Müller debió ser mucho más efectiva que lo generado por el francés.

La necesidad de controlar la mayoría numérica en la media cancha obligó a zizou insertar en su nómina titular a Kovacic (de brillante partido) en desmedro de Casemiro. El míster optó por un esquema dentro del cual los jugadores se ordenaron con el balón y sin él dentro de lo que cabe. Desencajados por la ausencia de Casemiro y su sustitución por un doble pivote —Kroos y Kovacic—, el equipo merengue se vio superado. No obstante, con la inclusión del croata ofertó mayor precisión en balones cosechados a través del operativo de recuperación. En este rubro se abrió como cuarto volante a Modric para taponar la marca y bloquear al austriaco Alaba.

Sin embargo, el mecanismo de equilibrio ideado por un guardioliano Zidane fracasó (al menos desde la posesión). Al final del primer tiempo el Madrid había perdido parte de la posesión por la mayoría de jugadores impregnada en el sistema y estrategia de Heynckes. Seis volantes contra cuatro (o cinco con retorno de Asensio) transformaron la posesión (55%) en acercamientos. Así el Madrid tuvo que retroceder tanto, que entre Keylor y Benzema quedaban apenas 30 metros. La disponibilidad de receptores rojos sembrados al borde del área marcó el reboce de la capacidad de marca merengue, haciendo ver al mítico Madrid como un equipo de segunda.

Para la segunda parte el control alemán se acentuó. Hummels y Sule hicieron presencia en campo rival presionando al Madrid contra su arco. No obstante, un error aislado de Ulreich concedió la desventaja para los locales apenas iniciado el segundo tiempo. Finalmente, el dominio alemán concluyó en gol al vencer a Navas. No obstante, este último fue la figura del partido contrarrestando así los intentos de grito teutones. El Madrid salió victorioso del Bernabéu por enésima ocasión. Su tradición copera es inigualable en el mundo del fútbol, pero en esta ocasión su fútbol fue ayudado por el perdón táctico concedido por Heynckes.

Ficha técnica
Real Madrid: Zidane
Keylor Navas; Lucas Vázquez, Varane, Ramos, Marcelo, Modric, Kovacic, Kroos, Asensio, Benzema, Cristiano Ronaldo.
Bayern de Munich:
Ulreich; Kimmich, Süle, Hummels, Alaba, Tolisso, Müller, Thiago, James, Ribery, Lewandowski.
Goles:

Kimmich 0-1, min 3; Benzema 1-1, min 11; Benzema 2-1, min 46; James 2-2, min 63;

 

Árbitro: Cuneyt Cakir (TUR)

 

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Fuente citada: @AlbertoLambea

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