Perspectiva global
A la hora de planificar una plantilla, se ha de mirar el global de la misma con una perspectiva que supere el análisis individual de cada jugador. Las piezas han de encajar como un puzzle y el movimiento de una sola afecta a todas las demás.
El Valencia CF se enfrenta a una temporada, la 18/19, muy importante para el devenir de la entidad y su planificación se ha de afrontar desde una perspectiva global, más allá de la salida y entrada de jugadores en particular.
Comprar barato, vender caro y piezas prescindibles es la única manera de sobrevivir para aquellos clubes que no cuentan con un soporte económico que les permita un dispendio llevado al despilfarro. Este es el caso que nos corresponde. No es la idea con la que llegó el actual propietario ni la que nos ofreció su principal valedor en el proceso de venta, pero es la que es y con ello hemos de convivir. El año pasado fue de purga y limpia en el vestuario, eliminando activos tóxicos aún a sabiendas que supondrían pérdidas en el balance. Más vale perder que más perder fue el dicho popular más leído y oído el pasado verano a orillas del Turia. Ventas a precio de saldo de Negredo, la «Bomba» cuando llegó, Enzo Pérez, el todocampista argentino que encarnaba el fútbol moderno, y de Alves, aquel que se volvía a Brasil para asegurar su presencia en el Mundial de Rusia,
Tras dos años de travesía por el desierto, dos años sin un entrenador cualificado y con ventas continuas que debilitaron al equipo hasta límites insospechados, la propiedad se decidió por un necesario cambio de rumbo con la llegada de Alemany como gestor y de Marcelino como cabeza visible en la parcela deportiva.
Una apuesta decisiva en un momento delicado y que de salir mal, podría suponer la salida de facto por parte del club che de la élite futbolística por un periodo largo de tiempo. Suponía perder un tren al que se podían subir otros y que no pasaría de nuevo en mucho tiempo. Afortunadamente, y en contra de lo que muchos pensaban a principio de temporada, la nave blanquinegra ha llegado a un puerto de Champions y la perspectiva de negro futuro han cambiado de club, ya que otras entidades, con mayor presupuesto y un mayor potencial deportivo han quedado fuera de la máxima competición europea y de los ingresos que esta genera.
Llegado a este punto, la situación, pese a haber mejorado considerablemente, no llega a ser boyante en el aspecto económico con una amortización de deuda que empezará a ser efectiva en el próximo curso y con una sanción europea pendiente de resolverse en un plazo relativamente corto. Es por ello que hablamos de perspectiva global a la hora de formar una plantilla que mejore en cantidad y en calidad la de la presente temporada sin entrar en malgasto ni hipotecando un futuro incierto en lo pecuniario. Si importante será comprar buenos jugadores a mejor precio, vital serán las ventas de jugadores de los que creas poder prescindir y que afecten lo menos posible a la plantilla.
Desde la Avda de Suecia se transmite la idea de ventas como Cancelo, Garay, Vezo, Montoya, Zaza, pero la afición se teme las salidas de Gayà, Soler o Rodrigo Moreno. Un nuevo golpe con las ventas de estos jugadores franquicia y que representan la unión entre afición y equipo sería un nuevo distanciamiento entre la propiedad y la parroquia del viejo Mestalla, algo que tanto ha costado y que tanto ha ayudado este año y que supone uno de los principales puntos de apoyo de cualquier club.
Son muchos factores a tener en cuenta y un puzzle difícil de montar pero ahí radica la diferencia entre los buenos gestores y los simples empleados sin iniciativa ni imaginación para devolver a los de Artes Gráficas al lugar de donde nunca debieron salir, la nobleza futbolística europea. Mateu Alemany y Marcelino se juegan este verano mucho más allá de su prestigio. Se juegan el sentimiento de toda una afición que desconfía y recela de aquellos que tanto le han engañado y de aquellos que nunca predicaron con el ejemplo.
@VicentSarrion