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CD Lealtad: Fin a un ciclo de ensueño

Mauri intenta regatear defensa visitante. Fotografía via : C.D Lealtad

Nos remontamos al verano de 2013. Hace ahora casi cinco años, militaba en Tercera División un CD Lealtad sumido en una grave crisis económica. El club que presidía Pedro Menéndez no era por nadie considerado como un candidato al ascenso. Pero esa temporada lo lograrían. Quedarían campeones del grupo II y vencerían en la eliminatoria de campeones a un CD Puertollano clarísimamente favorito, volviendo así a Segunda ‘B’ quince años después.

Nadie se esperaba tras aquel ascenso que el Lealtad pudiese aguantar cuatro años en la división de bronce. Pero no solo lo hizo, sino que despachó temporadas brillantes. Por desgracia esta temporada el club no ha podido realizar un nuevo milagro y volverá a competir en Tercera División.

Roberto Aguirre iniciaba en el verano de 2017 su segundo año como inquilino del banquillo local de Les Caleyes. Tras un gran año la temporada anterior en la que rozaron con los dedos la clasificación para la Copa del Rey, tocaba hacer borrón y cuenta nueva. Muchos jugadores importantes se fueron del club, aunque se conservó a su columna vertebral (Javi Porrón, Keko, Omar, Álex Blanco y Mendi). Pero la pérdida de jugadores como Alberto, Adrián Llano, Jandrín, Álvaro Muñiz y, sobre todo, David Grande, fue muy notoria.

El Lealtad, con sus escasos recursos económicos que le convertían en uno de los clubes con menor presupuesto del grupo, buscó sustitutos. De su acierto dependerían muchas de sus opciones de pelear por la salvación en un grupo vasco con un estilo competitivo muy diferente al de la campaña anterior.

No hubo acierto en la planificación

Llegaron jugadores que en el equipo fueron importantes. Casos de Jorge -que volvía al Lealtad-, Montero o Rodri. Todos ellos fueron importantes y gozaron de minutos, pero con ello no le sirvió al Lealtad para mantener la categoría. Muchas de las caras nuevas del Lealtad no dieron el rendimiento esperado y varios se acabaron yendo del equipo en Enero o incluso antes.

La temporada ya comenzó de forma muy irregular. Tras un triunfo en el primer partido del año, se encadenaron tres derrotas que llevaron al equipo a la zona baja. No obstante el Lealtad se repuso y logró con una serie de buenos resultados salir de ahí durante un puñado de jornadas. Entonces llegaron los problemas de lesiones que asolaron el vestuario en la primera vuelta. Incluida la del capitán, Javi Porrón. Eso acabó llevando al cuadro negrillo a entrar en la jornada trece en unos puestos de descenso de los que ya no lograría salir.

En el mercado de invierno se buscaron refuerzos que diesen un revulsivo de cara al tramo final. Llegaron jugadores que acabron siendo importantes como Galiano, Chema Moreno o Álex Cruz. Tres ejemplos de buenas incorporaciones invernales, pero que no fueron suficiente para cambiar el rumbo del cuadro maliayo. Las jornadas pasaban, pero el Lealtad no lograba victorias a pesar de que el equipo competía de tú a tú con los rivales. Las esperanzas se empezaban a esfumar.

Hubo un momento de la segunda vuelta en el que sí hubo esperanzas. Fue tras la victoria en Logroño por 0-1 que supuso un espaldarazo moral al equipo. Pero pronto los malos resultados volverían a hacer mella y hundir de nuevo a un conjunto que no pudo salvar la categoría. Aunque se venía gestando semanas antes fue en la visita a Lezama en la antepenúltima jornada, cuando se consumó el descenso tras un dolorosísimo 8-0.

Incertidumbre en el regreso del Lealtad a Tercera División

El Lealtad ya piensa de nuevo en planificar su próxima campaña en Tercera División con el claro objetivo de volver lo más pronto posible. Pero por ahora todo está paralizado. No tiene entrenador ni ningún jugadores confirmado.

Pero lo que es peor es que el artífice de esta gloriosa etapa del club villaviciosino podría dejar el club. No está nada segura la continuidad de Pedro Menéndez como presidente del CD Lealtad ya que el propio presidente dijo que esta temporada había sido muy dura y necesitaba un periodo de reflexión. De su decisión final dependerá en mucho el futuro del cuadro maliayo. Pero que nadie se olvide de lo vivido a pesar del borrón de este año con el descenso. Porque es historia «leal».

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