Jueves 24 de mayo, momento en el que escribo ésto, 11:39 de la mañana. Esta semana ha sido extraña, no sabes si hay ganas de que llegue el domingo o mejor que no llegue porque si perdemos tenemos pie y medio en segunda B. Sin embargo, te das cuenta que es la primera opción, según sales de la facultad y sin darte cuenta te pones a cantar como si estuvieras en el campo.
La fecha nos la sabemos todos, domingo 20:30, y como dijo Antonio Martínez afrontamos el partido más importante de la Cultu en los últimos 30-40 años -aunque en mi opinión el ascenso en Oviedo a segunda b también tuvo su importancia-.
En esa misma entrevista, al capitán se le veía optimista, con ganas de animar a la gente y con ganas de que llegue el partido; porque él es de esos jugadores comprometidos y que sabes que se lo dejará todo en el campo.
Dicho ésto, desde aquí quiero pedir, primero a los que vayan al estadio que hay que animar como nunca, que el Reino tiene que ser una caldera, que se note desde las 8 de la tarde, que el Oviedo tiene que salir amedrentado y nuestro jugadores a por todas, porque hay que ganar como sea.
Luego a los jugadores, quiero pedirles que lo den todo, los 90 minutos, no sólo la primera o segunda parte, porque, como decía Mourinho, los jugadores tienen que morir en el campo. Si tenemos que morir, que sea matando.
Y por último a Rubén, que por favor lea bien el partido, que introduzca bien los cambios, los que necesitemos y en el momento justo; si nos ganan en medio campo o nos metan para atrás que entre alguien para dar consistencia.
Ya no nos queda otra, no hay margen de error; sin embargo, ésto me recuerda al partido contra el Barça B, en el que era ganar o complicarnos muchísimo las cosas; es cierto que de aquella quedaban muchas jornadas para rectificar en el caso de fallar, pero la sensación es la misma.