La edición 2018 del Gran Premio de Mónaco ha sido duramente criticada por la prensa, aficionados y hasta los mismos pilotos, pues la califican como aburrida y hasta de “paseo”. Pero lo cierto es que cada uno de los que llevaron su auto a buen puerto, hicieron suficiente mérito para ello y no se escudan en excusas.
Daniel Ricciardo cumplió su sueño de ganar en las calles del principado. Esa misma victoria que se le escapó en 2016 por un fallo de su equipo en los pits. Lo cierto es que el australiano tuvo su redención gracias a un manejo perfecto durante el fin de semana, pero sin olvidar que su equipo le dio un auto que solamente se podía batir a sí mismo.
La victoria de Ricciardo supone un hecho histórico por diversos motivos, aunque muchos la critiquen por la falta de emoción sobre el asfalto:
Fue su primera vez en Mónaco. La primera desde la Pole. La primera desde cualquiera de los tres primeros puestos de la parrilla, de hecho. Además, era la carrera 250 de Red Bull en Fórmula 1. Lideró cada una de las sesiones de Libres (1-2-3), cada uno de los cortes clasificatorios (Q1-Q2-Q3) y cada una de las vueltas de la carrera (78). Solo le faltó la vuelta rápida, que curiosamente se la llevó su compañero Max Verstappen, lo que garantizó el pleno de la escuadra austríaca.
Se convirtió en apenas el tercer australiano en ganar la prueba, Jack Brabham y Mark Webber los otros dos. Para sumarse a esa exclusiva lista, tuvo que batallar con su auto casi toda la carrera, primero con problemas en el ERS y luego al perder la última marcha de su caja de cambios. Lo dicho: Ganó una carrera para la historia. Otro apunte, hasta su ‘shoey’ frente al Príncipe Alberto y la invitación luego a tomarse un trago de su botella de champagne, harán de este Gran Premio uno al cual recordar por años.
Detrás del hombre del fin de semana se ubicó Sebastian Vettel. Tras el error en los Libres 3 de Verstappen y su posterior sanción por cambio de caja, acompañar en la primera fila a Ricciardo era el objetivo de todos lo que aspiraban a pelear por la victoria. Y ahí, con un manejo fino y consistente, estuvo el cuatro veces campeón.
Si bien el jueves la Scuderia Ferrari tenía más dudas que certezas, su trabajo les dio frutos el día sábado. Primero por asegurarse un lugar en la primera fila y segundo por poder terminar la carrera en segunda posición, quizás lo máximo a lo que se podía aspirar en el callejero monegasco.
Por su parte, Lewis Hamilton finalizó en el tercer lugar del podio con una gran sonrisa. Y no es para menos, el W09 padeció todo el fin de semana, tal y como sufrió su antecesor el año anterior y rápidamente entendieron que la carrera era para aprovechar oportunidades y capturar buenos resultados. Así, y tras un leve susto en la Q2, el campeón reinante sacó un vueltón en la Q3 de Mónaco que le dejó tercero, puesto al que se aferró y defendió hasta la bandera a cuadros. Pasa una carrera más en la que el Mercedes no es fuerte, pero el británico se lleva puntos importantes para el campeonato.
Los adelantamientos, las estrategias y los accidentes estuvieron detrás de los autos de punta.
Verstappen fue capaz de remontar para llegar hasta el noveno lugar. Una carrera llena de adelantamientos que le dejó con una buena imagen y en los puntos, pero que seguramente le recordó también que sin el error de los terceros libres, seguro estaba peleando la victoria.
Delante del holandés finalizaron Gasly y Hulkenberg, ambos con buenos avances por su arriesgada estrategia de quedarse mucho más tiempo en pista en el primer stint de carrera. Caso puesto al de Carlos Sainz Jr, a quien su estrategia lo llevó para atrás y al final solo pudo rescatar el último punto en disputa.
Libre de “todo mal” estuvo Esteban Ocon. El francés largó sexto y llegó en la misma posición. Nunca tan bien como para incomodar a los de arriba, pero tampoco padeció para aguantar a los que venían detrás. Sólido en las calles de Mónaco, seguro que le dará un envión para lo que viene en la temporada.
Su compañero Pérez sí vivió su propio calvario. De estar en los puntos tranquilo, a un error del equipo en los boxes que le dejó en un tren “aburrido” toda la carrera. No volvió a estar cerca de los puntos, salvo en las vueltas finales cuando Sainz era muy lento y formó otro tren delante suyo.
Poco antes del final, el accidente entre Leclerc y Hartley amagó con ponerle emoción al cierre de la carrera, pero la situación se pudo manejar con un Virtual Safety Car que no juntó a los autos como todos esperaban y rápidamente ya estábamos con bandera verde de nuevo. De anotar la reacción del piloto local al verse sin frenos, intentando evitar el choque con el neozelandés, aunque después le fuera imposible.
Para el final dejo a McLaren. Fernando Alonso tuvo la habilidad de colarse en la Q3 y de mantenerse en los puntos hasta que su auto dijo «basta» por daño en la caja de cambios. Por su parte Vandoorne tuvo una carrera para el olvido y así los de Woking se van con sensaciones encontradas y tendrán que esperar hasta Canadá para intentar estar de nuevo en la zona de puntos.
Todos podemos pensar distinto en torno al Gran Premio de Mónaco, pero nadie duda que es una de las citas más esperadas del año, la más glamurosa, la que entrega las mejores postales… Curvas cerradas y trazado entreverado, todo lo opuesto a la próxima cita del calendario, en dos semanas, en Canadá. En la casa de Ayrton, ganó Daniel. ¿Quién dominará en la tierra de Gilles?
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