Cuando empezó la temporada todos nos emocionamos viendo que las primeras carreras nos trajeron emoción a raudales, con carreras entretenidas y distintos ganadores. Parecía que había acabado el monopolio, pero viendo el GP de Francia, mi optimismo ha disminuido más que mis esperanzas en la selección española (o argentina) en el mundial.
¿Corrió Hamilton?
Está claro que sí. Pero solo lo sabemos porque le vimos en la parrilla y en lo más alto del podio. Durante la carrera solo apareció 3 veces. La primera, después de la salida, solo apareció en la vuelta 24.
Eso indica el dominio aplastante que tuvo en el circuito de Paul Ricard. Sin emoción en lo más alto. Max no se acercó a su ritmo. Un holandés que, al fin, muestra una regularidad digna de su calidad. Tema a parte son sus declaraciones a la prensa, pero bastante me he metido con el en estas reflexiones a lo largo de la temporada.
La cara y la cruz en Francia
En un mismo país, en una misma semana, dos sensaciones muy distintas entre ellas. Un Alonso que llegaba al GP de Francia con la alegría de LeMans ve como su McLaren no pasa de Q1. Desesperante ver al equipo inglés en esta situación.
Si yo fuera Alonso, me iría al final de temporada a cualquier equipo. Ya no digo si dentro o fuera de la F1, pero lejos de McLaren. Seria gracioso que, si Ricciardo deja Red Bull, Alonso fuera su sustituto y volviera con Honda, ¿verdad?
Y no podemos dejar de hablar de Carlos. Una gran carrera, llegando a estar tercero después de la salida. Ya son 7 carreras consecutivas puntuando y, de no ser por un fallo en su motor, habría logrado ser el primero de los mortales.
Un mar de asfalto
Eso es lo que es el Paul Ricard. El GP de Francia vuelve con una versión del circuito en la que casi la totalidad de sus escapatorias son única y exclusivamente de asfalto. Un horror a la vista de los aficionados.
No solo eso. Hemos visto durante todo el fin de semana que los enviados especiales a Francia para cubrir el GP pasaban más tiempo en los coches en atascos en los accesos al circuito que en el propio Paul Ricard.
Es inaceptable que esta F1 sufra de estos problemas. Espero que la cosa cambie para el año que viene, pero no me gustó nada el circuito. Hay mejores en Francia.
Más adelantamientos, ¿más emoción?
Claramente no. Para mí, el peor GP de esta temporada. Al menos en Mónaco tienes el prestigio de la carrera para querer verla. Aquí, si os soy sincero, se me hizo eterna y, cuando estaba acabando, empecé a dejar de prestar atención y adelantar trabajo pendiente.
Me acuerdo en Australia que la gente se quejaba de la falta de adelantamientos. Esa carrera fue mil veces mejor que esta en Francia. Muy decepcionante. Una vez más ha quedado claro que más adelantamientos no significa más emoción. Un GP para olvidar.
Esperemos que los dos GP que vienen ahora sean mejores. Tenemos tres seguidos, vamos por el segundo. Austria espera al gran circo. Crucemos los dedos para no volver a sufrir como en Francia un GP desastroso…
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