Cuando sólo restan 15 días para el inicio oficial de este nuevo Sevilla, la sensación que transmite el club de puertas para fuera es de la de una entidad que se mueve a golpe de acontecimiento (como ha sucedido hoy mismo) y no con una planificación fijada con tiempo que se vaya cumpliendo poco a poco.
Hoy mismo se ha hecho oficial la tan anunciada marcha del mejor jugador del equipo en la línea defensiva estos años. Lenglet se marcha al Barcelona tras depositar en la LFP el importe de su claúsula de rescisión. Un verano más el Sevilla pierde a una de sus piezas clave y tiene que volver a reconstruirse de nuevo, con la dificultad que eso conlleva. Y no será el último en abandonar este barco, Nzonzi (en el Mundial aún a la espera de jugar la final con Francia) está deseoso de que el Arsenal puje de verdad por él para acabar marchándose, Sergio Rico sigue con su futuro incierto pero más lejos que cerca y por último, en las últimas horas, ha aparecido el interés del West Ham por el Mudo Vázquez.
En el apartado de entradas, la cosa está bastante parada en los últimos días, aunque se hable de llegadas inminentenes sólo seguimos con esas tres incorporaciones ya sabidas (Roque Mesa, Amadou y Vaclik). El baile de nombres es interminable, pero lo preocupante es que la primera eliminatoria de la Europa League ya sí que está a la vuelta de la esquina y hay puestos en la plantilla muy necesarios que estás descubiertos. Falta ese delantero rematador tan del gusto de Pablo Machín, y faltan centrales, y digo bien centrales, porque con la marcha de Lenglet aún se queda mas vacía esta demarcación y tendrán que venir al menos dos jugadores para cubrir esa demarcación.
El equipo mientras tanto sigue trabajando en Benidorm en su stage de pretemporada preparando la primera cita oficial que llegará en dos semanas justas. Para ello Machín se ha llevado a varios jugadores del filial porque como hemos comentado la plantilla esta muy lejos de ser la definitiva
Los próximos días deben de ser cruciales en cuanto a llegadas, porque hay que cubrir de alguna manera la marcha de otro jugador importante, y que mejor manera de hacerlo que con la llegada de nuevas caras.