La pretemporada del Sporting esta siendo un horror en cuanto a juego. Eso es un hecho innegable y no valorable, aunque viendo los antecedentes históricos eso no debería ser un problema. Con Manolo Preciado recuerdo pretemporadas en las que acercarse a ver un partido era solamente apto para los mayores sufridores rojiblancos, mientras que durante la temporada el equipo conseguia conectar y encender a la grada con su juego y su ímpetu.
Por el lado opuesto, pretemporadas buenas desembocaban en el horror. Por ejemplo con Manolo Sanchez Murias. Así que lo principal no es jugar mejor o peor, si no poner en forma a los jugadores y dejar trazos de la idea de juego suficientes para que los jugadores puedan empezar bien la temporada.
En León se pudo ver que la carga de minutos esta siendo dura ya que a los jugadores les cuesta poner un ritmo de partido. Y por otro lado que la idea de juego de Baraja (1-4-1-4-1) sufre en dos puntos principales.
El primero es la salida de balón. Cada vez que el Sporting tiene que sacar el balón jugado desde atrás sufre mucho. No es capaz de encontrar pases hacia la linea de medios que les dejen con tiempo suficiente para jugar, por lo que se pierden muchos balones a partir de mediocampo.
La segunda debilidad es en la zona de los extremos. Cuando el balón llega a Carmona, Traver o Isma Cerro el Sporting sufre un bloqueo terrible. Pases a dos metros, conducciones contra todo el mundo, regates sin espacio para progresar, etc. Lo que deriva en que el balón volvera hacia atras para empezar de nuevo, y así una, y otra, y otra vez. Sin embargo ayer en León durante 20 minutos que pueden ser claves, nada de eso paso.
Tras los cambios de Baraja el equipo mejoró mucho. André Sousa y Robin Lod demostraron calidad y trabajo. El portugués en particular mostró una capacidad de liderazgo enorme. Lod partia de falso extremo y se juntaba con Sousa con facilidad, acabando con el embudo y percutiendo una y otra vez a la espalda de la defensa. El Sporting creaba, combinaba, llegaba… En otras palabras, divertia a la afición. Y mucho. Durante 20 minutos por fin se vio disfrutar a la afición sportinguista que seguramente dirá que este equipo juega bien cuando se juntan los nuevos.
Sim embargo Lod no jugó en esa posición todo el rato. Luego entro ahí un Pablo Fernandez mucho más tosco que el finés y la frecuencia de combinaciones entre Lod y Sousa bajo en cantidad de manera muy relevante. Pero daba igual, el Sporting seguía entrando como un cuchillo en mantequilla. Así que la explicación está en otro lado y no es solamente que los nuevos sean buenos. Esa explicacion tiene nombre y apellidos; Nacho Mendez.
En el descanso Baraja retiró a Salvador, como siempre impetuoso y trabajador y ubicó por delante de la defensa a Nacho. A partir de ahi el juego del Sporting mejoró significativamente. El Sporting podia sacar el balón jugado sin problema, Nacho recibia, se giraba y pasaba, tanto en largo como en corto, y la Cultural empezo a perderse en el campo. Los extremos recibian con espacio y los interiores podian por primera vez controlar en ventaja. Con un solo cambio, todos los problemas de juego del Sporting desaparecieron.
Quizá el pivote que venga no deba ser un bregador, sino un constructor de juego
Quizá la solución del Sporting es no traer a un pivote físico que robe balones como podían hacer Sergio o Bergantiños. Sino un jugador con facilidad para iniciar el juego o al menos, darle velocidad. Si se quiere físico y recuperación eso te lo dará Cristian Salvador. El zamorano está más que preparado para salir a jugar y hacerlo bien.
Estos minutos deberían hacer reflexionar en Mareo, tanto a Torrecilla como a Baraja sobre que se necesita de verdad. A la afición deben darle esperanza y tranquilidad. Los jugadores están llegando tarde, si, pero son buenos, y si se consigue solucionar el problema en la salida de balón, el Molinón disfrutará mucho este año.
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