Toro Rosso empezó la temporada 2018 siendo una de las mayores incógnitas. El suministrador de motores Honda, tras el divorcio con McLaren, se quedó con los italianos para desarrollar su motor. No solo esto, sino que tenían en mente que, finalmente, acabaría suministrando también a Red Bull Racing el año que viene. Por lo tanto, Toro Rosso esta temporada está ejerciendo como equipo de pruebas. A pesar de esto, ha conseguido algún resultado más que destacable, lo que hace pensar que por fin Honda está encontrando la forma de evolucionar.
Después del baile de pilotos en la escudería durante la pasada temporada, por la que pasaron hasta cuatro diferentes (Carlos Sainz, Daniil Kvyat, Pierre Gasly y Brendon Hartley), para esta fueron los dos últimos los escogidos. En el Gran Premio de Australia sucedió lo que todos esperaban, con el abandono de Gasly y el decimoquinto puesto de Hartley. A pesar de que la temporada acababa de empezar, los comentarios hacia Honda recordaban el fracaso de los años anteriores con McLaren. Sin embargo, no tardó en llegar la sorpresa. En Baréin, el piloto francés consiguió un meritorio cuarto puesto que dejó a más de uno perplejo.
Si bien es cierto que las siguientes tres carreras no consiguieron nada más que un punto de la mano de Hartley en Azerbaiyán, en Mónaco Gasly consiguió el séptimo puesto. De nuevo vino otra sequía de puntos, con otro punto del británico en cinco carreras, hasta que llegó el Gran Premio de Hungría. Debido a las condiciones meteorológicas adversas durante las clasificaciones, en las que una fuerte lluvia hizo acto de presencia, los Toro Rosso consiguieron acabar la Q3 sexto y octavo. Pierre Gasly mantuvo, finalmente, su sexta posición en la carrera.
La segunda escudería de la bebida energética ha llegado al parón veraniego con 28 puntos, por detrás de McLaren (52) y por delante de Sauber (18). Gasly ha aportado 26 de los puntos, y Hartley los dos restantes. Por otra parte, ambos han tenido que retirarse tres veces. Unos resultados discretos pero bastante esperanzadores, teniendo en cuenta que es el primer año de la coalición. Si bien es cierto que todavía hay mucho margen de mejora respecto al rendimiento y fiabilidad, es un inicio. Más todavía cuando se ha confirmado que, en 2019, Red Bull también montará los motores de la marca japonesa. Por lo tanto, Toro Rosso tiene más un papel de escudería de pruebas que competitiva, al menos esta temporada.
El progreso de Honda
En base a lo anterior, una cosa está clara. No se puede hacer un análisis de Toro Rosso sin tener en cuenta su aspecto más controvertido, el motor. La confianza en la marca nipona estaba en horas bajas después de las decepcionantes temporadas con McLaren. Había quien decía que encaminar las escuderías de Red Bull hacia Honda era un error. Otros, sin embargo, insistían en que mientras Renault tenga equipo oficial, no podrían conseguir nada y que necesitaban un motorista único. Con este movimiento Toro Rosso este año, y Red Bull el que viene, serán las escuderías oficiales de Honda.
Pero volviendo a esta temporada, ¿Honda realmente está rindiendo y mejorando? Atendiendo a los números, sí lo parece. Para verlo mejor, un repaso de las temporadas que lleva Honda desde que volvió en 2015 a la Fórmula 1.
- Temporada 2015: McLaren-Honda finaliza el año con 27 puntos (uno menos de lo que lleva actualmente Toro Rosso).
- Temporada 2016: McLaren-Honda llegó al parón veraniego con 42 puntos, diez más de los que tiene actualmente Toro Rosso. Acabó la temporada con 76.
- Temporada 2017: McLaren-Honda acabó la temporada con dos puntos más (30) de los que tiene ahora Toro Rosso. Llegó al parón veraniego con 11 puntos.
Visto esto, excepto en el año 2016, en el resto Toro Rosso se ha mostrado bastante superior durante esta temporada. ¿Significa esto algo? No se sabe, pero los números ahí están. Habrá que ver las carreras que quedan por venir para seguir el rumbo de Toro Rosso y Honda. Solo así se sabrá si, finalmente, Red Bull ha acertado con el cambio en sus dos escuderías.