El pasado 19 de abril, el Málaga certificaba en el Ciudad de Valencia el abandono de la primera división, tras diez temporadas consecutivas militando en ella y con una gloriosa participación en la Champions League como máximo hito a destacar. El club deambulaba sin rumbo en las últimas jornadas de la Liga Santander, con el descenso certificado, y tampoco dio mayores signos de actividad en las semanas inmediatamente posteriores al término de la Liga.
El anterior director deportivo, Mario Husillos, tenía trazada una planificación deportiva que iba a ser encabezada por el técnico granadino Lucas Alcaraz. Pero la desaprobación del propietario del club, Abdullah ben Nasser Al Thani, realizada de manera pública a través de la red social Twitter, propició una serie de acontecimientos en cadena que paralizaron toda actividad en el club debido a la falta de entendimiento entre un Husillos que ya solo tenía intención de dimitir de su cargo y un Al Thani que no aceptaba la salida del director deportivo en aquel momento.
Ante esta situación de inactividad, es entonces cuando los consejeros consultivos dan un paso al frente y aconsejan al jeque árabe a establecer contacto con el entrenador que consiguió el anterior ascenso, Juan Ramón López Muñiz. El asturiano se encontraba libre tras haber sido destituido en el Levante, y de hecho ya había sido contactado por Husillos meses atrás, sin llegar a buen puerto aquella negociación. Con el bagaje de haber conseguido ascender a primera brillantemente a los levantinistas el curso anterior, y unido al ascenso de 2008 conocido de sobra por los malaguistas, el abogado del club Joaquín Jofre encabezó la negociación con Muñiz. La intención era no solo confiarle el banquillo de Martiricos, sino también la parcela de dirección deportiva, otro ámbito que el técnico asturiano domina perfectamente pues fue él quien confeccionó plenamente la plantilla del último ascenso malaguista, descubriendo a jugadores que se acabarían convirtiendo en grandes referentes como Weligton, Eliseu o Apoño, entre otros.
Los jugadores malaguistas desolados en el día del descenso en el Ciudad de Valencia: Foto RTVE
Sin embargo, Al Thani no estaba de acuerdo en confiarle al entrenador también la faceta de la dirección deportiva, porque ello podría poner en jaque el proyecto en caso de que las cosas no resultasen y hubiese que adoptar la drástica medida de destituir al entrenador. Esta marcha atrás volvió a dejar al club atado de manos en lo deportivo, con Husillos aún ocupando un puesto que realmente no iba a ejercer más tiempo de manera activa, con los jugadores de vacaciones pero sin saber nada sobre su futuro, y la presión social ante esta situación que se hacía cada vez más fuerte en entornos como el de los accionistas minoritarios, los cuales presentaron demandas judiciales contra la propiedad con el fin de que la gestión de la entidad cambiase de manos, ante la inacción del jeque.
Un panorama aciago se avecinaba a un club que dejaba pasar los días mientras otros teóricos rivales directos, como los también descendidos Deportivo y Las Palmas, tenían ya a sus nuevos directores deportivos contratando a sus respectivos técnicos y jugadores. Pero un hecho llamado a dar un giro de tuerca a la situación del club malaguista y a reavivar la ilusión de su sufrida afición tuvo lugar a comienzos del mes de junio. Manuel García Quilón, el conocido representante, pudo acceder al entorno de Al Thani con el ofrecimiento de uno de sus representados. Se trataba del que fuese director deportivo del Atlético de Madrid, José Luis Pérez Caminero, que entonces se encontraba ocupando un rol más secundario en el club colchonero y deseaba volver a cobrar protagonismo en la faceta de la planificación en otro lugar.
Al Thani, que siempre ha sido muy entusiasta de los grandes nombres, no dudó ante tal proposición. Así que, tras dar luz verde definitivamente la dimisión de Husillos, Caminero se convirtió en el nuevo director deportivo de la entidad de La Rosaleda a los pocos días. El madrileño tanteó a varios posibles entrenadores, pero al final se decantó por aquel que ya había sido contactado hasta en dos ocasiones anteriores y que tenía muy estudiada la plantilla malaguista a raíz de ello. Sí, Muñiz volvía a ser entrenador del Málaga, encarando su cuarta etapa en La Rosaleda y la tercera como principal inquilino del banquillo. Con la reincorporación del técnico asturiano el 20 de junio, el club por fin volvía a echar a andar otra vez y empezaba a trazar las líneas maestras del proyecto que debe devolverle a corto plazo a la Liga Santander, aunque fuese con un cierto retraso y a costa de perder toda la ventaja de tiempo que disponía, por su descenso tan anticipado, frente a todos sus competidores.
Caminero y Muñiz, en la presentación de este último como entrenador malaguista: Foto Diario SUR
Pero el Málaga tenía que lidiar con la gran hipoteca que supone su costosa plantilla, repleta de jugadores con sueldos que ya de por sí eran elevados para primera división, aunque en aquel contexto se podían sostener gracias a los cuantiosos ingresos televisivos. Nadie anticipaba, sin embargo, el fiasco de la temporada anterior que daría al club con sus huesos en segunda, donde todo ingreso se reduce drásticamente a pesar de que la entidad cuenta con el fuerte aporte del seguro de descenso por parte de la Liga, superior en su caso a los 19 millones de euros gracias a los distintos baremos de temporadas en primera y clasificaciones elevadas que el equipo de Martiricos ha ido cumpliendo para ello. Aún con todo, la plantilla tal cual estaba perfilada se hacía inasumible de mantener en la Liga 123 y como suele decirse en estos casos, para dejar entrar, primero hay que dejar salir.
Sin contar con todas las cesiones del pasado verano que cerró Francesc Arnau como Roberto, Borja Bastón, Diego Rolan, Peñaranda y Kuzmanovic que lógicamente han vuelto a sus clubes, además de todo lo que llegó en el mercado invernal igualmente en condición de préstamo y ya con el visto bueno de Husillos, el Málaga debía aligerar las fichas más caras de su plantilla para reequilibrar adecuadamente su tope salarial. Aunque en el caso de la mayoría de jugadores de la plantilla se pudo incluir en sus contratos una cláusula de reducción de sueldo en caso de descenso a segunda, ciertos efectivos como Juanpi, Michael Santos y Ricca no la tenían incluida. De todos ellos, aún se está buscando dar salida al fiasco entre fiascos que ha sido el venezolano, mientras que en lo que se refiere a los uruguayos, el atacante ya ha salido cedido al Leganés, que se hará cargo de toda su ficha, mientras que el lateral gusta a Muñiz y a menos que llegue una oferta irrechazable, en principio se hará el esfuerzo para contar con él.
Otros jugadores que también han salido del club en calidad de cesiones para ahorrarse los costes de sus fichas son Jony (al Alavés), Keko (al Real Valladolid), Rolón (al Genoa) y Cecchini (a Banfield). También se ha rescindido el contrato de Bakary Koné y pronto se hará lo mismo, en teoría, con el portero Cenk Gönen. Además, se ha dado luz verde al traspaso de Ignasi Miquel al Getafe. El jugador catalán llegó por algo menos de medio millón de euros en el mercado de invierno y ahora se marcha por cinco millones al equipo azulón, lo que supone una buena operación teniendo en cuenta además que su cláusula era de cuatro millones. El punta En-Nesyri, canterano marroquí que disputó el pasado mundial de Rusia y llegó incluso a marcarle un gol a España, está cerca de salir traspasado al Leganés, aunque la operación no se termina de concretar por diferencias entre el club malaguista y el pepinero por las cantidades y las condiciones, teniendo en cuenta que su cláusula es de diez millones.
Hector Hernández se ha erigido como uno de los goleadores de la pretemporada malaguista: Foto Málaga Hoy
En el capítulo de altas, destacan el regreso de dos canteranos como Ontiveros y Mula de sus respectivas cesiones al Real Valladolid y Tenerife, donde brilló especialmente el segundo, y que en ambos casos parecen estar dejando buenas sensaciones en esta pretemporada. También estuvieron cedidos y han regresado Mikel Villanueva y Luis Muñoz, pero el primero de ellos ha vuelto a salir cedido al Reus y con el segundo en principio no se cuenta. El Málaga ha acometido además los fichajes en propiedad del centrocampista marroquí Boulahroud (FUS Rabat), del extremo portugués Renato Santos (Boavista) y del meta internacional marroquí Munir (agente libre, su último equipo fue el Numancia), así como las cesiones del joven atacante canario Hector Hernández (Atlético de Madrid), del igualmente joven central castellonense Pau Torres (Villarreal), del polivalente centrocampista sueco Haksabanovic (West Ham) y del delantero argentino Blanco Leschuk (Shakkthar Donetsk). La incorporación más destacada hasta el momento es la cesión del mediocentro de contención senegalés Alfred N’ Diaye (Villarreal). En el caso de este último se incluye además una opción de compra obligatoria en caso de ascenso.
Al margen de estas operaciones, el club está interesado en dos efectivos que destacan especialmente por ser malagueños, un factor del que ha estado carente el Málaga de los últimos tiempos con únicamente Recio y determinados canteranos intermitentes en el equipo cumpliendo ese rol de jugador de la casa. Se trata de Jesús Gámez y Dani Pacheco. Con ambos está todo acordado, y en el caso del delantero de Pizarra ya tiene cerrada también su desvinculación del Getafe para que pueda llegar a la Costa del Sol durante esta misma semana. En cuanto al veterano lateral fuengiroleño, está pactada su llegada al Málaga desde principios de verano, pero todo está a expensas de que salga alguno de los laterales para que pueda ocupar su puesto, ya sean Cifu (que estuvo cedido en el Albacete) o Rosales. El venezolano es el que tiene más papeletas para ello, toda vez que no tiene ninguna intención de seguir y ya ha sido apartado de la plantilla por su actitud. Mientras tanto, el de Fuengirola se está entrenando por su cuenta. Además, también se pretende incorporar al centrocampista canario del Gimnàstic, Maikel Mesa.
En cuanto a la pretemporada, ha sido especialmente intensa y trabajada como suele ser habitual en los equipos de Muñiz. Se han jugado un total de nueve partidos, de los cuales solo se perdió el inicial contra el Nottingham Forest (0-3). A ello se le unen tres victorias ante Extremadura (1-0), Antequera (3-0) y Córdoba (1-0) y cinco empates ante Marbella (0-0), Real Valladolid (0-0), Almería (1-1), Mallorca (0-0) y Granada (0-0). Este último se saldó con victoria por 4-3 en la tanda de penaltis al dirimirse la consecución del trofeo Ciudad de Granada, algo que por problema de fechas ha privado este año de la disputa del clásico trofeo Costa del Sol que solía servir para presentar al equipo ante los aficionados malaguistas. Los pichichis de la pretemporada han sido Héctor Hernández y el canterano Jack Harper con dos goles cada uno, que al igual que otros jugadores del Atlético Malagueño como Abqar, Iván Rodríguez e Hicham, está llamado a ir entrando poco a poco en el primer equipo.
Fede Ricca recibe el trofeo Ciudad de Granada de manos de Abdallah Ben Barek: Foto El Desmarque
La falta de gol se ha hecho desde luego muy patente en casi todos los choques de pretemporada, y es especialmente necesario terminar de apuntalar la plantilla en las demarcaciones atacantes para paliar ese problema. Pero la nota positiva es que el equipo da muestras de una solidez defensiva muy característica del técnico asturiano en sus esquemas. En los nueve partidos disputados, solamente en dos se llegó a encajar tanto alguno, siendo la derrota con Nottingham Forest la más abultada en ese sentido y donde quedó patente la falta de rodaje de los malaguistas frente a los británicos, que llevaban semanas de adelanto en ese sentido. También se encajó un tanto contra el Almería, con la circunstancia de que este llegó desde los once metros. Este funcionamiento defensivo tan destacado seguramente hará que este Málaga se consolide como uno de los equipos menos goleados del campeonato.
Así las cosas, el Málaga se encomienda al rigor y orden táctico de un viejo conocido en estas lides como Muñiz para afrontar el necesario objetivo de retornar a primera. No olvidemos que el club de Martiricos será uno de los gallitos de la categoría, pues contará con el mayor presupuesto de segunda gracias a la destacada ayuda que percibirá del seguro de descenso. También estará respaldado por una de las más numerosas masas sociales de la Liga 123, pues la campaña de abonados está cerca ya de alcanzar la cifra de 20.000 socios. Además, la entidad de La Rosaleda es históricamente la que mayor número de ascensos a primera división ha conseguido en todo el fútbol español, acumulando 13 ascensos a la máxima categoría hasta ahora y siendo Muñiz precisamente quien obró el decimotercero hace diez años. De aquella temporada se recuerda especialmente el espectacular arranque que tuvo lugar con siete victorias consecutivas, que supusieron una gran renta para acabar certificando aquel ascenso.
¿Logrará ponerle el técnico asturiano su sello al decimocuarto ascenso? ¿Y volverá a ser el arranque de temporada tan fulgurante como aquel de hace una década? Aún es pronto para saberlo, pero lo que es seguro es que a los malaguistas les tocará lidiar con una exigente temporada en una segunda división cargada hasta arriba de históricos de nuestro fútbol y que bien podría denominarse “primera división B” por su renombre. Esta comienza en pocos días en el Anxo Carro de Lugo. Será entonces donde comprobaremos si todas estas esperanzadoras pretensiones empezarán a reflejarse desde el primer momento en el terreno de juego o no.
Foto destacada: Diario SUR
Por @AdriCanLoz