Sebastian Vettel o como ser irregular
Otros achacan a errores en su monoplaza. Aquí no, hay muchos más errores humanos que técnicos. Sebastian Vettel debería venir con otra mentalidad para afrontar la última parte del campeonato.
Si pudiera comparar la temporada de Sebastian Vettel con otro deporte, lo haría con el tenis. Ejemplifiquemos. Dos pilotos se enfrentan cara a cara, rivalidad que sigue en pie después de 2017. Vettel con una mejor máquina este año intentará plantar cara a un brillante Lewis Hamilton. Aún así, es consciente de que su máquina ya no es tan aplastante como en años anteriores.
Los dos primeros puntos, o victorias, de la temporada vendrían de la mano Ferrari y su “grazie ragazzi”. En China, aparecería Max Verstappen. Y precisamente, no se andaría con cuentos chinos al intentar adelantar a Vettel. Se quedaría solo en un intento, ya que se lo llevó puesto en la horquilla de la penúltima curva a falta de unas pocas vueltas. Se vio con un fondo plano roto y una caída sin paracaídas en las posiciones de carrera. Acabó octavo, pero aún así conservaba la primera posición en el campeonato. Un gran punto de partido que perdió por la poca fortuna que tuvo.
Llegó Azerbaiyán. Llegó una carrera loca. Y con ello también la locura de Vettel por conseguir la primera posición con un adelantamiento de videojuego. Se pasó de frenada, como sus opciones de seguir en el liderato del campeonato. Lewis seguía siendo más regular que él. Esta vez, punto de set para el británico que con una máquina más inferior a la del Cavallino Rampante. En Montmeló, no destacaría y acabaría cuarto. Lewis aún más líder.
Mónaco es especial, y algo de suerte le guardo a Mercedes. No iban finos en todo el fin de semana, con un Daniel Ricciardo fulgurante, se vieron lejos de las posiciones de cabeza. Aún así, el alemán acabó segundo y el británico cerrando el podio. Otra oportunidad perdida, otro break point perdido.
En Canadá controló de principio a fin; ganó, y recuperó el liderato por un punto. Llegó Paul Ricard, y tras una decepcionante salida, embistió a un Valtteri Bottas que sufrió un pinchazo debido a este choque. Un mal saque en un partido donde podía demostrar mucho más que perderlo todo en la primera vuelta. Error de niño, que Max achacó por su encontronazo previo en China.
Un rayo de sol apareció en Austria con dos abandonos germanos, y Vettel consolidándose en tercera plaza. Volvía a ser primero. Volvía a serlo por solo un punto. Tercer fin de semana seguido de Fórmula 1, en tierras británicas, concretamente en Silverstone, delante de una afición arengando a Hamilton. Golpe sobre la mesa de Vettel, ganando en su casa. Pero la venganza se serviría fría.
Llegó Hockenheimring, esta vez tierras germanas, y un Vettel que había controlado de principio a fin la carrera, se salía de una húmeda pista en la zona del Estadio. Un importante revés para el campeonato. Y otro match point perdido. Ya iban unos cuantos. En el Hungaroring pudo salvaguardar algo, con una segunda posición, pero Hamilton seguía fuerte con otra victoria. Regular, como toda la temporada.
Ahora les separan 24 puntos entre ellos. No ha sido fruto de una diferencia abismal de motores, de escuderías… No, Vettel ha sabido controlar algunas situaciones, pero otras se le ha escapado cuando lo tenía ya hecho. Llámalo mala suerte o malas decisiones, pero es un deporte el cual pide cierta, o mucha regularidad. La que Hamilton ha tenido, la que él siempre tiene. Se puede ver plasmado en la lucha por el campeonato.
Han sido demasiadas bolas de partido perdidas por Ferrari, pero sobretodo por Vettel. Si encuentra en estas vacaciones como encontrar dicha regularidad, y además con una suma de potencia en el monoplaza… será intratable. Necesita creérselo, porque pocas oportunidades más como este 2018 le está brindando.
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