Acabadas ya todas las pruebas de pretemporada, el pasado fin de semana llegaron los primeros exámenes oficiales. En Asturias se desarrollaron en dos días. El sábado fue turno del Sporting y el domingo del Oviedo. Ambos rascaron un empate. Los de Baraja en Alcorcón, en el último segundo y con un tanto que apunta a ser ya uno de los goles de LaLiga 1|2|3. Un empate que supo a gloria. El equipo de Juan Antonio Anquela, por su parte, vio como se marchaban dos puntos en una acción a balón parado. Los azules dejaron muy buenas sensaciones, pero no pudieron rematar la faena. Eso sí, como se suele decir, ‘mejor marchar con algo que de vacío’.
El Oviedo convenció, pero no remató
- Un Oviedo desde el medio. El primer encuentro liguero de los azules dejó un centro del campo inaudito hasta la fecha. Tres de los fichajes azules fueron los encargados de mover al equipo. Con Folch sancionado y Forlín en el banquillo, fue Tejera quien actuó como pivote. Dio equilibrio, apoyo en la salida de balón y criterio al juego. La pausa, la calma y el ritmo lo puso Javi Muñoz. Boateng aportó descaro, velocidad y músculo. En la primera mitad, sobre todo, el Oviedo creció desde el centro del campo. Será importante que marquen la diferencia a lo largo del año.
- Convertir la segunda mitad en la primera. La segunda mitad quizás fue la peor noticia para el Oviedo. Volvieron algunos de los fantasmas del pasado que no gustan. La circulación del balón no era tan fluida y los centrales comenzaron a optar por los balones largos, que casi siempre acababan en posesión para los extremeños. Las buenas sensaciones mostradas en la primera mitad desaparecieron, en su mayor parte, en la segunda. Al Oviedo le queda pendiente mantener esa regularidad durante todo el partido.
- Los fichajes ilusionan. A lo largo de la pasada temporada, muchos analizaban al Oviedo y no podían ver más allá del once titular. Al equipo le faltaba fondo de armario, entre otras cosas, porque la mayor parte de los fichajes no llegaron a encajar. Se pedía gente que conociese la competición, que supiese cómo se las gastaban en Segunda División. Y este año han llegado. Aún es pronto, pero se han visto cosas que dejan muy buen sabor de boca. La sala de máquinas, como hemos dicho, funciona a la perfección. Ibra y Joselu demostraron que tienen hambre. Yoel, por su parte, enamoró con su desparpajo y atrevimiento por banda derecha. Era lo que se pedía, tener alternativas. Este año parece que los fichajes sí marcarán diferencias.
- Comandante Berjón. Que las nuevas incorporaciones ilusionen, y mucho, no quita algo que venimos viendo desde el mes de enero de 2017: Saúl Berjón es la bandera de este equipo. Ante el Extremadura volvió a echarse al equipo a sus espaldas, sobre todo en la segunda mitad, cuando más se necesitaba. Todo el mundo le buscaba. Porque aporta cosas distintas al resto, porque ve el fútbol antes de que el resto lo haga. Le faltó el gol, arrebatado por el meta visitante en dos acciones individuales del ovetense. Berjón llega con ganas, y esa es la mejor noticia para el Oviedo.
Un ‘Sousazo’ salvador
- Un punto de oro. Un punto que sabe a gloria. Así se valora el empate cosechado in extremis en Alcorcón. Un partido al que el Sporting acudió con nueve bajas. Un número que hacen que cualquier equipo, hasta los mejores del mundo, se resienta en el rendimiento que debe ofrecer. Máxime a domicilio en una categoría tan igualada como la Liga 1|2|3. Dado que aún faltaban varios refuerzos por llegar, ese elevado número de bajas obligó a Rubén Baraja a alinear jugadores fuera de puesto y recurrir al filial.
- Nula profundidad ofensiva durante setenta minutos. Todos ellos dieron su máximo y no hay nada que reprochar. El equipo realizó un soberbio despliegue táctico y rindió a gran nivel en defensa. Solo un golazo por la escuadra de Álvaro Peña agrietó ese entramado defensivo que el Sporting lleva tejiendo desde el inicio de la pretemporada. Pero por el contrario tuvo una nula profundidad ofensiva. No fue hasta estar por debajo en el marcador y con los hombres de refresco en el campo, que el Sporting hizo sufrir a su rival.
- Sousa se mete a la afición en el bolsillo. Con el gol del Alcorcón era momento de ir al todo o nada. Baraja retorció y exprimió lo que tenía en el banquillo. Pero si hubo uno que cambió la imagen del equipo fue André Sousa. Desde su llegada, el jugador lusitano ha llamado la atención del sportinguismo. Su buen hacer en pretemporada no le llevó a una titularidad en Alcorcón que prácticamente nadie entendía. Por fortuna, su ‘Sousazo’ en el último suspiro rescata un empate que permite empezar la temporada sumando a pesar de las adversidades.
- Recuerden este nombre: Pelayo Morilla. El partido registró uno de los debuts más precoces en los 113 años de historia del Real Sporting de Gijón. Con apenas diecisiete años recién cumplidos, Pelayo Morilla disputó sus primeros minutos en el fútbol profesional. En su primera intervención rozó el gol que solo el portero del Alcorcón con una gran parada supo negarle. El ovetense tiene contrato con el Sporting hasta 2022, pero con “solo” 5M de cláusula. Son varios clubes los que no le quitan ojo. Uno de ellos el FC Barcelona que desde hace dos años persigue con ahínco su incorporación a La Masía.