El partido era de esos en los que si rascas, la gente suele decir que lo ‘sacas con nota’. Y si es así, al Real Oviedo le podemos poner, otra vez, una buena puntuación. Quizás aún falta algo para que sea la máxima, pero esto acaba de arrancar. Los de Juan Antonio Anquela lograron un punto que podría valer oro a final de temporada. Un empate en un campo muy complicado y ante un rival que se adelantó en el marcador. Pero este equipo nunca deja de intentarlo. Y Tejera, en el descuento, logró una igualada que vale mucho para el Oviedo. El equipo asturiano se despide de estas dos semanas lejos de su estadio con 4 de 6. Nada mal. Ahora, los azules ya piensan en su regreso al Carlos Tartiere. Será la semana que viene, frente al Zaragoza.
- Otra vez los mismos protagonistas. Si algo sale bien, por qué cambiarlo. Y como todo iba sobre ruedas, Juan Antonio Anquela decidió repetir once por tercera jornada consecutiva. Las cosas no empezaron nada mal, ya que los suyos cuajaron una primera parte sensacional. Fueron superiores a su rival, pero un fallo muy tonto les puso por detrás en el marcador. Al final, el fútbol fue justo y el Oviedo pudo empatar. El equipo sigue invicto. Veremos si la semana que viene repiten los mismos once.
- Un punto con sabor agridulce. Aunque el punto cosechado vale oro, es verdad que deja un sabor agridulce. Más positivo que negativo, eso sí, pero no del todo bueno. Porque dio la sensación de que el Oviedo pudo sumar tres. Jugó mejor y un fallo en la parte de atrás volvió a dejarle sin el mejor de los premios. Quizás sea la zona a mejorar. Esa que en la pasada temporada dio tantas alegrías y que en esta no ha arrancado con su mejor versión. Pese a ello, punto muy importante y el equipo sigue acercándose a lo que pide Anquela.
- El centro del campo enamora. Los centrocampistas del Oviedo siguen marcando la diferencia. Ayer, ese trío que forman Tejera, Boateng y Javi Muñoz volvió a enamorar. Se emplearon a fondo en tareas defensivas y se multiplicaron a la hora de ayudar a sus compañeros. Con el balón, los tres dan otro aire al equipo. Tejera es paciente, siempre elige bien y es el primero a la hora de sacar el balón. Boateng es el desparpajo que se atreve cuando la tiene y desequilibra. Y Javi Muñoz se disfraza de arquitecto para construir el fútbol en la zona determinante del campo. Los tres parecen formar un triángulo perfecto.
- Tejera hizo justicia. El centrocampista del Real Oviedo marcó un gol que puede tener mucho valor. Lo primero en lo anímico, ya que el conjunto de Juan Antonio Anquela sigue sin perder. Además, mantiene su condición de invicto después de dos semanas seguidas fuera de casa, algo que en otras temporadas se temía. Y lo segundo, porque esta clase de resultados puden decantar la balanza de un lado u otro a final de temporada.
Un empate clave
- Un punto a favor. Como venimos diciendo, el punto, pese a quedarse con la sensación de que se podrían haber sumado tres, tiene mucha importancia. Sin ir más lejos, el Oviedo se quedó sin playoff la pasada temporada debido a los enfrentamientos directos. Y ayer, ante un rival directo, los azules lograron igualar la contienda. Y fuera de casa. El empate, en ese sentido, tiene mucho valor.
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